Condenados

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En un cuarto oscuro, un foco es el único que tiene la posibilidad de proporcionar unos insignificantes rayos de luz que se enfocan en lo que parece ser una silueta de una mujer atada a una silla —esta parece estar inconsciente— en frente de ella se sitúa una mesa de base cuadrada, no tan ancha, ni tan larga, de la altura ideal para que un niño pudiese subirse a esta, en una esquina donde la tenue luz no es capaz de iluminar se escucha una voz trastornada y aparentemente tranquila.

—Este mundo se me hizo algo...curioso, ¿sabes?...Este multiverso, tan puro y bondadoso donde la maldad siempre es vencida y siempre hay vida después de la muerte, —aquel sujeto muestra un terrible desprecio en su voz— todo eso me da nauseas, pero esta vez fue diferente, ni su fuerza ni sus llamadas transformaciones fueron capaces de destruirme, pero... no importa cuantas veces los aniquilara, siempre volvían... veras, en mi mundo alguna vez fui el mejor detective... cegado y siempre temeroso de fallar, en ese tiempo ignoraba lo que en verdad importa, lo que en verdad vale la pena... —menciona el batman que ríe mientras se acerca a aquella mujer, dejando a la vista aquella desfigurada sonrisa con lo que parece ser sangre en la parte de los labios, o bueno, de lo que le quedaba—  ¿¿y sabes lo que en verdad vale la pena?? absolutamente nada, nosotros vivimos encerrados en un mundo en donde el gobierno nos dice que esta bien y que esta mal, y eso nos impide pensar realmente, limitados a vivir una rutina "pacifica", cuando en nuestro interior siempre anhelamos un poco de violencia en nuestras vidas, nos encanta ver discusiones y problemas, nos encanta verla presenciarla, y ese sentimiento es algo que siempre ha estado allí... pero tu eres la causante de mis problemas, para que este mundo cayera en la oscuridad solo había que removerte de la ecuación.

La mujer empieza a moverse y a recobrar un poco el sentido.

—¿¿Tu??, ¿quien eres?—se presura a decir aquella mujer—¿que quieres?

—Tal parece que he hablado solo este tiempo...—contesta el batman que ríe con aquella voz pacifica y trastornada—lo que buscaba ya esta hecho...

—¿¿Pero yo que te hice??—menciona aquella mujer con una voz debilitada—no sabes en los problemas que te puedo meter...

La mujer empieza a forcejear contra las cuerdas mientras el batman que ríe se apresura a decir...

—¿Acaso me escuchaste un poco?... no importa lo que hiciste o lo que hagas en un futuro por que ya no importa, tampoco importa lo mucho que forcejees o lo mucho que vayas a gritar, porque tu amigo esta vez ya no vendrá para salvarte.

El batman que ríe deja caer la esfera de cuatro estrellas en aquella mesa vieja de madera, la esfera empieza a girar por la fuerza ejercida al dejarla caer, y como las ruedas de un carrito de cuerda viejo y oxidado empieza a rodar lentamente para posarse a la vista de aquella mujer, esta al verla deja de forcejear y mira esta esfera naranja durante unos segundos eternos, al darse que aquellos segundos que parecían finitos no eran verdad, con unos ojos sorprendidos y confundidos o quizá aterrorizados y tímidos se apresura a decir.

—¿De donde la sacaste?—menciona con una voz apagada—¿que has hecho?...eres un cobarde...voy a...

El batman que ríe interrumpe —No estas en condiciones de amenazas y ademas muchas preguntas me fastidian, pero me complaceré al contarte, como tu ultima voluntad —la mirada de la muchacha cambia de  dirección, ahora tenia una mirada fija hacia el suelo, como si estuviese decidida a escuchar—tanto quieres saber...bueno los "sayayins" resultaron tener mucha fuerza incluso una piel tan resistente que ni la pólvora le haría el mínimo de daño...pero su interior no era tan excepcional...

La muchacha algo confundida se presura a preguntar

—¿sayayins?

El batman que ríe no le presta atención y le sigue contando y ahora con un poco mas de placer en su voz

El batman que rieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora