soulmates; mom's cooking

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Cuando Wei Ying despierta aún esta oscuro, solo se pueden ver unos pequeños rayos detrás de una montaña. Tiene sangre seca en su rostro, en sus brazos y en sus piernas. El escozor de viejas mordidas le hace gimotear un poco en cuanto trata de levantarse, sintiendo su ropa húmeda, seguramente por alguna llovizna que cayó mientras dormía. Traga duro, pues no tiene realmente saliva en su boca y cuando ya está de pie, siente el artefacto entre sus brazos.

Sus ojos aún no se adaptaban a la poca luz, así que lo toca suavemente con las yemas de sus pequeños dedos. Siente agujeros, nueve para ser exactos, y justo al final, algo suave colgaba de ella. Vagó en sus pocas memorias, ¿sería eso una flauta?

Sopló por el orificio grande, pues estaba hueca y cuando ningún sonido salió, su ceño se frunció. ¿Estaba rota? ¿La había roto él? ¿Por qué la estaba agarrando con tanto empeño? ¿A caso la robó? La idea de venderla o cambiarla por comida pasó por su mente, pero algo dentro de él le impidió seguir considerando esa opción.

Mientras se debatía, más rayos alcanzaron el cielo, el ruido de las personas llegando y montando sus kioskos fuera del callejón comenzó a acaparar sus sensibles oídos. Dio pequeños pasos, los que sus cortas piernas le permitieron hacer, después de estar dormido en la misma posición por lo que supuso fue la noche entera. En un pestañeo, la calle y el pueblo se llenaron de personas madrugadoras, comerciantes, clientes, transeúntes, peatones, niños, familias, todos. 

Wei los veía escondiéndose detrás de una carreta. ¿Él tenía una mamá y un papá? su poco razonamiento le contestó que sí Él tuvo que tener una mamá y un papá, pero ¿dónde están? 

Ahora que había más luz, pudo ver la flauta con más atención. Era negra y el colgante al final era rojo. Tenía unos raspones y Wei pensó que probablemente ponían el nombre del dueño, pero él no sabía leer. Se rascó parte de su cabeza, su pelo estaba sucio y enredado. Se propuso ir al río que estaba cerca del pueblo más tarde.

Su estómago comenzó a molestar, así que sus ojos recorrieron el lugar en busca de cualquier cosa que se pudiera meter a la boca. Caminó entre la gente y paró frente a un hombre que parecía vender pequeñas bolitas de masa rellenas de carne. Él quería comerlas. Pero en cuanto el hombre lo notó, los insultos de siempre no faltaron. 

Entonces se preguntaba, ¿por qué le pasaba esto?

Entre empujones y malas palabras, Wei se alejó y siguió buscando, pero todo era lo mismo; no importando a donde fuera. Jugando con su flauta, se fue a una esquina del camino, moviendo con sus pequeños zapatos viejos la tierra bajo sus pies y entonces ve algo pequeño esconderse rápidamente. Era negro y escurridizo; y desapareció justo en el pequeño hoyo que acababa de hacer. 

Una pequeña punzada apareció en su sien; un hombre, sin rostro, le contaba que habían muchas especies. Que los escorpiones eran especiales, una buena porción de proteína, que habían escorpiones buenos y malos, aunque para Wei Ying solo eran aterradores. También le dijo algo sobre su principal depredador, pero no pudo escuchar más pues volvió en sí, sus dedos más sucios mientras buscaba rápidamente entre la tierra. 

Ahora necesitaba encontrar aunque fuera uno de los buenos. 

Pero por más que sus pequeñas manos excavaron, nunca apareció. 

Sintiendo sus ojos humedecerse, se molestó y pateó el suelo. Limpió sus ojos con parte de la manga que no estaba rasgada y se dio la vuelta, aún enojado.

Así pasaron algunos días, no había podido encontrar algo digno para comer en ningún lado, su estómago repleto de cáscaras de naranja. Y como si el mundo conspirara en su contra, los comerciantes ahora parecían reacios a desperdiciar cualquier tipo de alimento desde que recobró la conciencia, y su fuerza no era suficiente como para permitirle robar exitosamente, es decir, sin ser agarrado al momento, sin recibir los golpes de advertencia ni las maldiciones descuidadas. 

𝓼𝓸𝓾𝓵𝓶𝓪𝓽𝓮𝓼; 𝔀𝓪𝓷𝓰𝔁𝓲𝓪𝓷 [ 𝓜𝓸 𝓭𝓪𝓸 𝔃𝓾 𝔃𝓱𝓲] 𝔂𝓲𝔃𝓱𝓪𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora