𝓼𝓸𝓾𝓵𝓶𝓪𝓽𝓮𝓼; 𝔀𝓪𝓷𝓰𝔁𝓲𝓪𝓷 [ 𝓜𝓸 𝓭𝓪𝓸 𝔃𝓾 𝔃𝓱𝓲] 𝔂𝓲𝔃𝓱𝓪𝓷

soulmates; a promise

Wei Ying tragó suavemente la papilla mientras el médico le cambiaba las vendas de las piernas. Había atado su cabello en una coleta descuidada y sus ropas viejas y sucias fueron cambiadas a unas túnicas verdosas que tenían guardadas para los pacientes. Le explicaron que sus vendajes no podían mojarse así que el baño tendría que esperar.

Habían pasado dos días desde que Nie Mingjue se había ido, Huaisang estaba atrapado con sus maestros y él todavía estaba encerrado en esa habitación, sus heridas se curaron con bastante rapidez, pero se le prohibió irse.

Y entendió, después de todo, a pesar de que Mingjue había hablado con el líder del clan, seguía siendo un intruso.

Pero después de una semana se cansó y no pudo quedarse quieto. Ahora podía mover su cuerpo sin la gran cantidad de dolor que sentía antes. Ahora era soportable. Sabía que era el momento, el momento de escapar de ese hermoso castillo en el que no debía estar.

Fue una noche hermosa, la luna se levantó grande y llena sobre las montañas mientras todos dormían, incluso los guardias en su puerta que día tras día se quejaban de haber sido puestos allí, recibiendo la "increíble y heroica misión" de proteger a una bolsa de huesos que ya tenía un pie en el cementerio, y con eso, obviamente, se referían a él.

Sus pasos ligeros podrían compararse con el sonido de una pluma cayendo al suelo. Silencio absoluto mientras se acercaba a la puerta corredera, solo la leve canción de los insectos nocturnos inundó el lugar. Deslizó suavemente la puerta un poco, la cantidad perfecta de espacio para dejar pasar su cuerpo e instantáneamente su piel sintió la suave brisa fresca de la noche. Wei Ying observa con cautela a los dos cuerpos con espadas a los lados, dejando salir ronquidos suaves apoyados en las columnas que soportan el peso del techo.

"Sigue caminando. Puedes salir de aquí usando el puente. Recuerda bajar por la esquina. El agua está tranquila, alcanzará la altura de tu pecho y podrás caminar hasta llegar al bosque. . ."

La extraña voz volvió a resonar en su cabeza. Desde el segundo en que Nie Mingjue salió de la habitación donde estaba hace una semana, susurros comenzaron a entrar en su mente. Siempre regresaban cuando estaba solo (lo cual era prácticamente todo el tiempo) y si el doctor o alguien más entraba se callaban al instante.

Algunos le contaban que estaban tristes, que se querían vengar de muchas personas pero que estaban perdidos; desolados. A veces le contaban como estaban las cosas en la secta, si el líder había salido o si la temible señora andaba rondando los pasillos, e incluso algunos rumores sobre un poderoso clan que planeaba conquistar todo, pero solo uno le preguntaba cómo se sentía y le daba consejos para relajar su cuerpo, para que no le doliera tanto. Hablaba con él todas las noches y cada momento del día cuando el médico se iba, emocionado al principio de que Wei Ying parecía ser el único capaz de escucharlo todo el tiempo, ya que si algún cultivador quería comunicarse con ellos, normalmente hacían todo un ritual y el uso de instrumentos era requerido. Era técnicamente imposible para ellos comunicarse con humanos, o eso pensaba.

A veces Wei Ying podía jurar que sentía algún tipo de presencia frente a él, pero ese pensamiento desaparecía rápidamente.

Wei Ying le dijo que quería huir de ese lugar y la voz respondió que podría ayudarlo, pero tuvo que esperar hasta que pudiera moverse más. Dijo que conocía toda la residencia, sabía a dónde podía ir sin ser visto. Y el niño le creyó al instante, no quería quedarse allí por más tiempo. No era que no estuviera agradecido, pero aún sabía que era mejor así. Siempre había escuchado a los comerciantes hablar sobre cuán diferentes eran las personas que nacían en clanes fuertes e importantes, el trato que le daban a otras personas normales, de bajo estatus social, pobres y sin hogar o sin familia como él.