capítulo 2

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La reencarnación persigue a quien no cumple su propósito, su asignación, llamado incluso sueño. Por mucho tiempo viví evadiendo mi propósito y cumpliendo a medias mi sueño. No recuerdo desde cuándo soy conciente de que he reencarnado solo se que soy capaz de saber que estoy en la tierra otra vez.
He sido el mismo desde que tengo razón perdí mi registro de edad.

- Halan- suspiré y voltee a ver a aquel ser supremo - otra vez- sonrió con sarcasmo.

- al parecer no se cansan de reencarnarme y yo de evadir lo que, según el mundo, es mi responsabilidad. -

- sabes exactamente porque sucede - molesto se me acercó - eres un Dios ¡un ser supremo! enviado a la tierra a proteger y defender la luz. -

-No lo pedí, no es mi sueño.-

- al mundo no le importa los sueños de nosotros, Halan, ellos solo piensan en si mismo -

- entonces ¿porqué debe importarme los sueños de ellos? Al fin y al cabo lo que siembras lo cosechas-

- amor - respiró colocando los dedos índice y pulgar en medio de las cejas- todo es por amor -

- ¿Amor? ¿Que amor es ese? - la humanidad es la raza más egocéntrica, egoísta, vanidosa y envidiosa, para ellos, nadie puede ser más que ellos, todos en sus mentes se creen seres supremos inigualables. - el amor no es así- expliqué- ¿Hasta cuándo debo reencarnar? -
- solo nosotros entendemos el amor. Conozco la raza humana no es necesario que diga todo eso, Halan, son mi creación, mi más preciada posesión no puedo dejarlo solos ¡te necesitan! Por eso sus deseos y sueños te traen de vuelta. -

Camine hasta el precipicio desplegue mis alas azules como el cielo y tan brillantes como el sol:

- cumpliré mi propósito siempre y cuando se me entregué lo que quiero. Si amas de verdad sabes a qué me refiero.

Lo último que oí fue el eco de mis alas abriendo paso entre las espesa neblina.

Aquí iba otra vez a la tierra

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