Capitulo 3

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Habían pasado varios días desde que Angelica estaba conviviendo con ella, durante su estadía, había mostrado ser un poco más tranquila de lo que aparentaba, era bueno, tenía a alguien que estuviera al pendiente; era extraño no hacer las cosas sola. Estaba mejor, ya casi no le dolían las heridas, podía moverse libremente de nuevo, era extraño que no le dolieran tanto. Aunque estuviera viviendo con alguien, no había sido suficiente para distraerse, seguía con sus malos sueños, no había sido suficiente tomar su droga, no le hacía efecto ya tenía que ir a por una doble dosis.

Se había arreglado para salir; no iba ir a comprarlas no tenía el dinero, su cristal, estaba guardado en su armario, no había decido que hacer con el todavía ni tampoco le comento nada a Angelica, era raro, ella tampoco había sacado el tema o había preguntado donde lo había conseguido. ¿No sabría cómo sacar el tema? No tenía sentido, no era de esas personas que se callaba las cosas, ¿habrá pasado por algo parecido?

Estaba afuera de su edificio, las calles aún seguían mojadas por la lluvia, aunque hubiera cesado hace un día, aunque en su lugar había dejado una neblina que no dejaba ver más allá de la cuadra y lo únicamente reconocible era las luces de la ciudad y la de los vehículos. Camino por las calles en dirección al centro observando al frente, la ciudad seguía siendo el mismo caos de siempre, era su hogar le termino agarrando un cariño especial, se había detenido había la multitud de la que estaba rodeada estaba esperando a que pasara un vehículo, venía a toda velocidad y dinero salía de él, atrás venia unas patrullas de policía dándole captura.

De las patrullas estaban disparando agentes al vehículo, le habían logrado romper unos vidrios haciendo que de las bolsas que tenían dentro se cayeran y al pasar por encima de ella se rompieran y los billetes salieran volando, la vista de todos se había concentrado en los billetes y al terminar de pasar los vehículos, la gente comenzó a ir a mitad de la carretera y cogía la cantidad de dinero que podían como bien le era posible, era difícil moverse entre toda la gente que empujaba y se levantaba para irse a otro lugar y además, la neblina dificultaba ver donde había más billetes. Había logrado reunir una buena cantidad de dinero del suelo, aunque mojado seguía sirviendo, había un puñado de dinero a un costado que no habían visto estiro su mano para agarrarlo, cuando iba a ponerlo con el que tenía, vio que la carretera estaba roja, miro hacia abajo y vio sus entrañas saliendo de su abdomen poco a poco.

No sabía porque estaba así intentaba detener que su interior tocara el piso pero solo lograba que la herida se hiciera más grande, su brazo cayó al suelo cercenado, mueve sus piernas para levantarse pero no les respondían; la gente que estaba a su alrededor había desaparecido y solo quedaba ella llenando de rojo la carretera, atrás estaba algo que le comenzaba a tocar el rostro, su manos eran frías y carentes de vida, volteo a verlo, su cara estaba cubierto con un velo. Había vuelto en sí, seguía con la mano estirada donde no había nada ya habían comenzado a despejar la carretera y hace lo mismo.

No había nadie más en la carretera, estaba limpia, guarda el dinero que había podido agarrar era una buena suma, en su cabeza rondaba la pregunta de qué era lo que había alucinado, era algo que sería absurdo pensar que fuese real de cierta forma, pero con su experiencia pasada no sabía si mantener esa idea en su mente, ¿que podría significar? No lo sabía, el pensar en cómo será la muerte no es humano, el miedo a ella lo era, pero no tener miedo de morir si no de cómo, ¿seguía siendo de humanos? Sentimiento amargo.

Sintió que todo daba vuelta y entraba por una puerta de un establecimiento, al pasar caía un abismo, nada tenia sentido ¿algo lo tenía? No, se respondió a si misma, dejo de caer y se encontraba de pie cerca del risco de una cascada, en mitad del agua estaba aquel ser de características humanas mirando la casca hacia abajo, atrás de donde estábamos había unas montañas que partes de ellas estaban siendo arrancadas sin motivo aparente y moviéndolos a otros lugares; aquel ser se percato de donde estaba y dejo de mirar el final de la cascada y volteo a verme se quedó mirando fijamente, era el mismo que vio la primera vez seguía con su corte que iba de su oreja a su boca.

The New Stimulation: The Red SkyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora