VII

12 2 0
                                    

Al llegar a casa, me fui a mi cuarto a ver videos. Normalmente me aparecían dramas respecto a la comunidad del mukbang, videos de ASMR, consejos de escritura, videos de casos paranormales y uno que otro gameplay. Mi hermano menor estaba en la Playstation cuando llegué, y no pude agarrarla hasta que mamá le dijo que hiciera tarea.

Justo estaba jugando cuando mi celular vibró contra el sofá. Cuando revisé quién era, mi corazón dio un vuelco.

«Jajaja! Lol»
7:23 p.m.

«Disculpa, apenas voy prendiendo mi cel»
7:23 p.m.

William finalmente me había respondido y yo hacía esfuerzos exagerados por no verme demasiado desesperada con respecto a responder al instante para seguir hablando.

«Bueno, ¿cuándo hacemos el trabajo?»

7:24 p.m.

Por muy emocionada que estuviera, me emocionaba más jugar a la Playstation, así que dejé mi celular a un lado y continué jugando. De vez en cuando miraba mi teléfono para ver si William ya me había respondido, pero dejé de hacerlo cuando comencé a concentrarme en el juego.

Las respuestas no eran seguidas, lo cual era reconfortante porque me parecía muy natural, como si yo realmente no estuviera súper contenta porque me estuviera hablando aunque fuera para una tarea. Patético, ¿no? Al final de la plática, quedamos en que realizaríamos una plática donde se desarrollaba en un aeropuerto; él me vendería un paquete de viajes y me daría más información. Él mismo había propuesto también el de hacer una conversación de una pareja discutiendo a dónde ir de viaje, pero no quería decir inmediatamente que sí a esa opción.

Nuestra forma de trabajar era hacer una especie de juego de rol (bueno, de hecho así lo presentaríamos en clase) en inglés; él me habría y yo respondería lo que me decía con preguntas o algún comentario adecuado. De esa manera, tuvimos gran parte de nuestro escrito desarrollado, aunque luego William dijo que lo puliría y que él lo imprimiría.

━━ ✦ ━━

En clase, no pude estar más tensa que nunca. Llegué con total normalidad, como siempre, pero luego revisé mis mensajes y me di cuenta de que el formato en el que William y yo habíamos hecho el mendigo trabajo estaba mal y eso restaba puntos, por lo que le pregunté si podía pasarme el documento para cambiarlo. Me apresuré en hacerlo cuando lo hizo y luego lo fui a imprimir en Consejo. Después, resulta que la profe dividió el salón en dos, una mitad de quedaría dentro a presentar su juego de rol mientras los demás se quedaban afuera, podían practicar el rol si querían, lo que ella quería hacer era la revisión más dinámica y cómoda.

Jessica y Gaby quedaron en la primera mitad, pero Emilia, Vanesa, William y yo en la segunda, por lo que nosotras tres no pudimos ver a nuestras amigas hacer su rol. Aun así, fue un total alivio porque ni él ni yo habíamos practicado para nada lo que íbamos a decir, por lo que ensayamos un par de veces; veces en las que, por cierto, no me pude concentrar porque estaba muy estúpidamente contenta por estar con él.

«Tiene novia, maldita sea», me repetía mi inconsciente, y eso aveces funcionaba para calmar mi emoción e ilusiones.

Cuando escuché que la profesora mencionaba mi nombre y el de William, me quedé sin aire. Emilia y Vanesa, que estaban en los pupitres al lado mío, me miraron, sonrieron y aplaudieron para darme un poco de apoyo moral, pero estaba tan entrada en pánico que poco sirvieron sus esfuerzos. Mientras me iba mentalizando conforme avanzaba al frente, William le entregó el escrito que habíamos hecho del diálogo y se acomodó muy cómodamente al frente, ¿cómo tenía tanta confianza? Yo fingía que tenía, pero aun así muchas veces mi fortaleza flaqueaba y terminaba titubeando o trabándome.

PlatónicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora