Two

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- Lo siento, será mejor que me vaya... - respondió Jimin, se dio media vuelta y lentamente comenzó a caminar hasta invocar una puerta al paraíso.


Él simplemente sonrió, aquella reacción tímida le parecía simpática, y al verle irse le dijo en voz alta - ¡Sí deseas volver a vivir lo de esta noche sólo ven aquí!, Siempre estaré esperándote... -


Jimin volteó por última vez sólo para ver que le observaba con un gesto de satisfacción en su rostro, todo había sido tan repentino, no sabía que pensar, si creer o no en sus palabras. Pero que el Diablo tuviese la habilidad de engañar no quería decir que todo en él fuese falsedad pues, como todo ser, también poseía un corazón.


Al día siguiente la mente del ángel estaba llena de sentimientos encontrados, trató de reflexionar sobre lo ocurrido la noche anterior, y si debía ser completamente honesto consigo mismo tenía que aceptar que había disfrutado mucho de la compañía de YoonGi, incluso de aquel beso robado. Así que, llenándose de valor, decidió ir al mundo humano esa noche, sin si quiera tener certeza de que él estaría allí.


Ya en el bosque sus latidos no dejaban de acelerarse, ¿Cómo debía actuar?, ¿Qué respuesta le daría?, ¿De verdad él asistiría?, las preguntas no paraban de acumularse en su cabeza y con ellas los nervios sólo iban en aumento. Pero todas sus dudas desaparecieron cuando él nuevamente se hizo presente ante ella. Sorprendido, sin querer exclamó - Viniste!

- Noré no pudo evitar reír

- Claro que vendría, ¿Creiste que mentía? - le dijo mientras se acercaba.

- Bueno... yo...-

- Es verdad que tenemos la habilidad de engañar con facilidad pero por esa misma razón cuando decimos la verdad tiene más peso que cualquiera. Y cuando queremos algo lo hacemos con mas fuerza que ningún otro...- terminó mirándolo directo a los ojos.

Jimin se sentía muy tímido a su lado, aquel Diablo lo hacia estremecer con sus palabras tan directas, tenía una personalidad abrasadora. Él era consciente de ello y parecía divertirse avergonzándolo.

- ¿Y bien? ¿Que buscas de mi? - preguntó mientras lo arrinconaba contra un gran árbol

- Eh? ...-

- Yo ya te dije el por qué estaría aquí, porque me gustas. ¿Y tu por qué?, ¿Acaso esperas otro favor de mi? - continuó

- Yo...- comenzó a sentirse nervioso y evitaba mirarlo

- Dime -

Jimin apoyó su mano derecha en el pecho de YoonGi, lentamente levantó la vista y le respondió - Por que me gusta estar contigo... -

YoonGi se sorprendió con aquella respuesta, no esperaba que le dijese algo así y más aún viéndolo con esos enormes y hermosos ojos verdes. Con su pureza había logrado hacer sonrrojar a aquel Diablo impetuoso.

Él sonrió amablemente y le dijo - Sí me miras así haré lo que sea por ti...- tomó su mano y la besó con ternura.

Para el ángel era un misterio, quería saber más de él, era atrevido pero a la vez tan dulce

- ¿Deseas que vayamos nuevamente al pueblo? - le preguntó

- Me gustaría mucho...- respondió Jimin

- Entonces no perdamos tiempo, quiero aprovechar cada segundo contigo - terminó él.

Nuevamente pasaron una noche increíble entre la gente de pueblo, ocultos bajo aquel hechizo.

Cuando llegó el momento de partir, una vez más se encontraban solos en la oscuridad del bosque - Ya es hora de que regrese...- dijo el ángel.

YoonGi le tomó la mano - Espera, ¿Acaso no me darás nada a cambio por lo de hoy? - dijo con una sonrisa seductora.

Jimin lo miró en silencio por un momento y se acercó tímidamente hacia él, YoonGi no entendía que pretendía hacer hasta que vio que lentamente cerró sus ojos y quedó de pie frente a él, como esperando a que lo besara igual que la noche anterior. Ese gesto inocente terminó de robar por completo el corazón del Diablo, quien no desaprovechó la oportunidad para besarlo dulcemente mientras lo rodeaba con sus brazos.


Así fue como inicio aquella historia de amor prohibido, que echaba raíces en la tierra de los humanos. Con el paso del tiempo aquellos sentimientos se fortalecieron más, a su lado aquel Diablo aprendió lo que era amar, y el ángel comprendió que nunca debía dejarse guiar por los que otros pudiesen asegurar, ya que sólo con sus propios ojos debía ver para poder juzgar.



Era su mayor secreto, nadie podía saber de su amor, sus encuentros en el mundo humano eran puro romance y pasión. Jimin amaba su rebeldía y desparpajo, y YoonGi su dulzura y alegría. Podían entregar el corazón en las manos del otro sin dudar. Pero por más cuidadosos que fuesen sabían que en algún momento alguien de sus mundos podría descubrirlos, así que vivían su relación como si no hubiese un mañana, llegando incluso a hacer el amor una noche que se hospedaron en el pueblo.



No sabían que sería de ellos en un futuro, pero decidieron dejarse llevar por sus sentimientos.

Hasta que aquello tan temido por YoonGi ocurrió, esa noche, simplemente, Jimin no llegó.

Él lo esperó nervioso en aquel bosque, pero nunca apareció, y así varios días más. El Diablo se sentía morir por dentro, necesitaba saber que había ocurrido con su amado, pero no quería iniciar un conflicto con los ángeles, necesitaba pensar claramente las cosas. Hasta que finalmente el ángel un día regresó a él.


Allí le contó que sus superiores le habían descubierto, pero que creían que mantenía una relación con un humano, como castigo por ello lo encerraron por unos días para que reflexionase. Pero en cuanto pudo nuevamente escapó. Jimin sabía que los ángeles eran muy rigurosos con quienes rompían las normas y que los próximos castigos sólo serían peores. A él nada le ocurriría, pues en su mundo era un príncipe y se hacía su voluntad. Pero la peor parte la llevaría el ángel y no podría hacer nada para salvarlo pues su límite era entrar en guerra con ellos.


Aquella situación despertaba toda la furia del Diablo pero Jimin con su dulzura lograba aplacarlo diciendo que podía soportarlo. Esa noche el ángel le pidió que no pensase en nada más que en amarse y YoonGi respeto cada uno de sus deseos.

Cuando llegó el momento de despedirse - No te vayas, quédate aquí conmigo. Si regresas ahora a tu mundo temo no volver a verte...- le pidió él


- Te prometo que pase lo que pase regresaré... por favor esperame aquí mañana... - respondió Jimin mientras acariciaba su mejilla y se marchó.

El día siguiente fue eterno para el Diablo, la incertidumbre oprimía su pecho evitando que pudiese pensar en otra cosa, hasta que la oscuridad nuevamente cayó en la tierra de los humanos. El tiempo pasaba y el ángel no llegaba, YoonGi comenzaba a ponerse nervioso, no podía imaginar que le había ocurrido. Hasta que en un momento, de la nada, Jimin apareció. Angustiado, se abrazó con fuerza a él, esto llamó su atención - ¿Jimin, que ocurre?, ¿Sucedió algo? - preguntó

- YoonGi ...-

Devil's dance Donde viven las historias. Descúbrelo ahora