Scars To Your Beautiful

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 Hannah entró al departamento y se sorprendió al ver a Emily en el sofá con Megan recostada en su hombro. A Megan se le notaba en sus facciones la tranquilidad con la que dormía. Emily había pasado por un mal trago con su última pareja así que Hannah estaba un poco a la defensiva en cuestión de proteger a su mejor amiga, pero con Megan percibió que sería diferente, se le veía la fragilidad de su mirada. No sabía mucho de ella pero a lo poco que le había contado Emily, era una joven con poco autoestima.

Después de la noche en la que Megan decidió subir con Emily, las visitas fueron constantes; tres veces a la semana llegaba al departamento de las chicas, le dieron la indicación al portero de dejarla entrar cuando quisiera. En ocasiones se encontraba con Hannah y platicaban por horas sobre las materias que llevaba en su carrera, sobre Paul y la complicada relación que tenían, Hannah también hablaba un poco de Emily porque al parecer ellas solo hablaban de cosas random, en algunas ocasiones Megan mostraba la pasión que tenía por la medicina, fue abriéndose poco a poco en algunos temas, ignorando lo familiar y temas fuertes. Hannah no la presionaba, solo le agradaba tener a alguien que la escuchara y viceversa.

Emily comenzó a regularizarse en sus clases, estaba haciendo el esfuerzo por no faltar y tener buenas notas, si quería ayudar a Megan tenía que mostrarle que era responsable y madura, acercarse a ella de alguna manera. Habia días donde llegaba a casa y Megan ya se encontraba ahí sin previo aviso, miraban películas, hacían tareas. Los silencios entre las dos cada vez eran más cómodos. Emily despistadamente buscaba marcas en los brazos de Megan, algunos días donde se le notaban más que otros, pero no tenía la confianza de tocar ese tema, no aun.

No preguntaba nada, solo estaba ahí presente para ella, disfrutaban de la compañía de la otra.

También había ocasiones donde Emily llegaba y se encontraba a Hannah riendo a carcajadas con Megan, esto generaba en ella un poco de celos y al final del día explotaba contra su mejor amiga.

La amistad que surgía entre las dos era especial, Megan podía hablar con Hannah sin sentir ningún tipo de presión, cuando hablaba con Emily, sentía sus latidos acelerarse por la forma en que la miraba, como si estuviera rota y Emily estuviera esperando el momento indicado para abrazarla o querer saber más allá de lo que ella estaba dispuesta a mostrar.

En la Universidad de Santa Mónica se tomaban muy en serio la semana cultural. Se escuchaban murmullos en los pasillos que se haría una fiesta en casa de Ashley la capitana de natación y todos estaban invitados, en una de las pláticas con Hannah, Megan lo mencionó y Hannah la convenció a ir, por lo menos a bailar un poco si por alguna razón se llegaba a sentir le prometió que se regresarían a casa y verían cualquier película que se le antojara.

El día Miércoles como era costumbre, Emily fue a visitar a su mamá, tenía algunos temas pendientes de algunos pagos de la universidad. Al entrar a la oficina, iba saliendo la psicóloga del campus, la señorita Jones, Megan se encontraba sentada con la mirada perdida, tenía los puños apretados y la coach se encontraba con los brazos cruzados.

-Hola, espero no interrumpir-- Emily entró a la oficina y se paró detrás de Megan, ella dio un salto, no esperaba la presencia de Emily ahí. Tomó sus pertenencias y salió corriendo del lugar.

-Ma, que paso? Porque está tan alterada?- Emily lucia un poco preocupada mientras interrogaba a su madre.

- Creo que sobrepase su límite, intentaba ayudarle buscando ayuda profesional para ella pero aun no se encuentra lista de hablar de ciertos temas. Es tan complicado tratar a los chicos con alguna situación complicada, quisiera hacer más por ella pero no permite a nadie acercarse-

-Y tu crees que trayendo a un psicólogo vas a solucionar todo, no es tu obra de buena caridad, deja de meterte en la vida de los demás.-

-Amor, tu no sabes todo lo que ella trae cargando, de vez en cuando es bonito poder soltar un poco. No tiene amigos, no tiene familia yo no voy a desistir. Por cierto porque tanto interés, a ti poco te importa lo que sucede a tu alrededor.- Su madre levantó una ceja y observo atenta a la respuesta que le fuera a dar su hija, la conocía muy bien y presentía que el interés por Megan iba más allá.