Me vestía para el primer día de escuela de nuestro pequeño ángel de hermoso cabello gris, tú tratabas de ponerte una corbata y al final te la pudiste poner gracias a mi ayuda, agarramos al pequeño Erik y fuimos a su guardería, el pequeño miraba a través de la ventana como quién mira un maravilloso cuadro de arte, cada vez te girabas para ver si el pequeño Erik necesitaba algo y el pequeño solamente se sorprendía por las vistas del coche, al llegar lo dejamos dentro, aún que el pequeño no se quería separar de tú brazo lo conseguimos y pudimos huir de eso antes de que volviese a llorar