Pasamos gran tiempo evitando tropiezos que podrían derrumbarnos y, construyendo muros que nos separen de todo lo dañino, del mundo, de la realidad.
Lamentablemente nadie tiene el control de su vida o sus sentimientos.
Todos somos marionetas del destino.
No quería ser dominada por esa fuerza bruta, era demasiada débil para ser manejada por la vida.
Solo quería salvarme de la oscuridad de sus ojos, pero al parecer no es una decisión que pueda tomar porque, termine sumergiéndome en ellos.
No estaba preparada para otra despedida.
No estaba lista para un último adiós.
Nuestro último adiós.
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Un último adiós
Roman d'amourTodo en la vida llega un día, en unas horas, en un segundo. Y justo en ese segundo todo cambia. No nos damos cuenta a la ligera, es difícil notar un cambio hasta que nos preguntamos porque ya no es como antes. Ese momento de reflexión en el que te d...