II

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Al despertar me dí cuenta de que yacía solo en el colchón. La casa olía a café y la ausencia de Vee se notaba en el eco de la soledad. Se había ido, de nuevo.

A un lado de la cafetera había una botella de vodka y con ella una nota.

"No bebas ni un trago.

Es un regalo.

Mejor llévalo al callejón a las 6:00 p.m. el día miércoles 24 de junio.

Siempre tuya,

Vee"

Era 10 de abril, para eso faltaba al menos dos meses y no podía entender el punto de llevar una botella de vodka a un callejón. Sí, ese callejón era importante para nosotros pero a ella le gustaba tomar a la luz del día y las 6:00 no era muy su estilo.

No le dí importancia, encendí un cigarro y simplemente pase de toda esta mierda. Tome uno de mis dibujos de la pared que llevaba buscando por años, me serví una taza de café y le eche candado a la puerta de la casa planeando volver solo para dejar la taza y que todo estuviera en armonía, ella no se había llevado nada.

Llegando a mi casa noté otra nota sobre mi cama, ella había estado aquí.

"Necesitas hablar con Janeth.

Siempre tuya,

Vee."

Era todo lo que escribió

Me metí al baño para darme una ducha y salí de mi casa hacia la Universidad .

Ya eran las 9:30 cuando llegue a la escuela, Janeth tenia física así que me dirigí a su salón para recogerla. Salíamos a fumar diario a las 10:00.

-Hola, guapo- me saludo saliendo de su salón

Yo la tomé por la cintura y la besé

-Buenas, mi Lady- una sonrisa tonta se dibujó en mi rostro al mirarla directamente a los ojos. La amo tanto y la mejor parte es que ella me ama a mi.

Janeth Cortes, el amor de mi vida, llevaba a mi lado 8 años, la conocí en la preparatoria y desde entonces no nos hemos separado y aunque tomamos carreras diferentes en la Universidad seguíamos tan unidos como el primer año.

Mi futura esposa era una mujer pequeña en todos los sentidos, de piel blanca y cabello rojo, unos labios rosados y ojos miel. Yo me había ganado la loteria con ella. Me cuidaba mejor que nadie y se preocupaba por mi en todo momento, es todo lo que siempre quise en mi vida, lo único que necesito para sentirme bien y ser una mejor persona cada día.

-¿nos vamos?- me preguntó tomándome de la mano y llevandome hasta la salida a pasos rápidos. Era hermosa.

Nuestro lugar para fumar era simplemente un puente techado que atravesaba una carretera. Subimos, nos paramos justo a la mitad, ella se apoyó de espaldas al barandal y yo la rodee con mis brazos.

-¿En serio te quieres casar?- me pregunto.

-Claro que sí, nada me haría más feliz.

-¿No tienes miedo?

-¿De qué?

-Las personas cambian al estar comprometidas.

-Yo siempre he estado comprometido contigo y siempre lo estaré. Lo sabes.

Me dedicó una de sus pequeñas sonrisas y salió de mis brazos, me rodeo y abrazó por atrás.

-Te amo

-Yo te amo más.

Quería hablarle, como me había indicado Vee. Pero no sabía exactamente sobre qué debía hablar con ella.

Al final cada quien sacó su propia cajetilla.
Yo odiaba lo que ella fumaba y ella detestaba lo que yo fumaba.

Al sacar un cigarro noté una notita envuelta alrededor.
No podía ser que me conociera tan bien que incluso sabría que cigarro tomaría al estar con Janeth. Tal vez sólo es coincidencia, quise pensar. En todo caso dejé ese en su lugar y tomé otro totalmente distinto sin notita, no quería darle la razón... o lo que sea.

La siguiente clase en la Universidad empezaba a las 11:10 Y ya estábamos ahí a las 11:00 ambos en su auto.
Yo la tomaba por la cintura mientras ella enredaba sus manos entre mi cabello atrayendome hacia ella.
Sabía, olía a cereza y humo. Me encantaba.

- Me tengo que ir- dijo dándome un último beso sin dejarme tiempo a rogarle por qué se quedará.
La vi irse, moviendo las caderas. Ella, tan hermosa siempre.

Seguía con un hueco en el estomago, sentía que en serio debía hablar con ella sobre algo.

Tal vez la nota del cigarrillo me diría.
Saqué la cajetilla y de ella todos los cigarros. Tomé el de la notita rosada y leí

"mecagoentodostusmuertos2@gmail.com"

Definitivamente no era lo que debía decirle. Era su correo electrónico, quería que le escribiera y le preguntará directamente. Me lo hacia... un poco más fácil y a la vez un poco difícil. Qué tonto me voy a ver pregutando que jotadas le tenía que decir a Janeth, pensaría que mi nivel de deducción está por los suelos.

Llegando a casa me conecté a la computadora, entre al correo electrónico y le escribí.

"No vuelvas a tocar mis cigarros
Atte: vendedordetacosalpastor"

10 minutos después me llegó su respuesta

"Puedo tocar tu hábito tanto como quiera.
Pero no te preocupes, fumarlo, olerlo y ahora hasta tocarlo me da asco.
No volverá a pasar.
Atte: mecagoentodostusmuertos2"

Vee y yo habíamos tenido una pequeña discusión justo antes de separarnos sobre el hecho de que yo fumaba.
Un día como cualquiera llegué de la escuela y le ofrecí un cigarro, quería verme "cool" y no al fumar sino al ofrecerle uno.

Ella dijo, sin mirarme, que fumar era la adicción más pendeja que podría existir pues no te embriaga, ni te altera, ni te da viajes; en pocas palabras solo te apesta la boca a miados de duende y te provoca cancer.

Yo le dije que no era una adicción sino más bien un hábito. Me dijo que era el hábito más pendejo de todos y se largo, pero al parecer le había quedadolo claro que no era una adicción sino un hábito.

"Se agradece.
Cambiando de tema, sabes que ya nadie se mensajea por correo electrónico?
Existe algo llamado mensajería instantánea.
Atte: vendedordetacosalpastor"

Ella no contestó. Ni en 10 minutos, ni en 20, ni en una hora. Me hice prometerme a mí mismo que esperaría otra hora jugando videojuegos y luego haría otra cosa totalmente diferente y me olvidaría del asunto.

No contesto.

〜(꒪꒳꒪)〜〜(꒪꒳꒪)〜〜(꒪꒳꒪)〜〜(꒪꒳꒪)〜
Holaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Bueno, siendo las 6:27 p.m. me dispongo a subir el segundo capítulo de esto.

Aquí la rola de la semana:

Lemon Tree - Fools Garden
Un clásico

♡Besos, Un pollito rapeando ♡

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