Rendida A Tus Pies [EDITANDO]

Despierta Ruby

—¡Oh! Mi querida Ruby, despierta — Decía una voz masculina haciéndome temblar —tranquila, que estaras felíz aquí conmigo.

Me desperté amarrada de pies y manos, a una silla que usan los psicópatas para atar a sus víctimas.

Voltéo a todos lados sin nadie alrededor, un cuarto pequeño sin muebles ni nada, solo una luz poco visible encima de mí, y esta silla en la que estoy yo.

Un sentimiento de adrenalina recorría todo mi cuerpo, haciendo que me paralice.

Una sombra se me acerca, que podria ser la de mi secuestrador.

—¡¡AH!!— Intenté zafarme sin éxito haciéndome daño en mis muñecas.
—Jeje que adorable eres— dijo mientras acariciaba mi mejilla, no quería verlo, asi que, cerré mis ojos con fuerza.
—Por favor no me hagas nada—respondí entre lágrimas, con mi corazón en la garganta y aún con mis ojos cerrados.
—¡Oh! ¿Cómo crees?, nunca te haria daño.

Al sentir que se alejaba abrí los ojos. Al verlo caminar de espaldas noté que traía una máscara o tipo bolsa en su cabeza.

Seguro me asesinara, seguramente este sea mi final, sin despedirme de nadie, sin decirle al chico que me gusta nada, sin decirle a mi madre cuanto la amo, sin decirles a mis amigas que las quiero demaciado. Ruego que nada malo me pase, aunque tengo una duda.

—¿Porqué?— susurré mirándo al piso.
—¿Porque qué? Cielo.
—¿Porqué me haces esto? y ¿Quién eres?— insistí.
—Mm ¿Como decirlo?— Caminaba alrededor mio con pose pensativa —Tú ya me conoces querida, ni para que decirte, acuérdate.
—No se—Solloce.
—¿No te acuerdas? Que mal, por que yo, estaba loco por tí en el colegio.
—¿Colegio?— Me incorporé.
—Estamos en el mismo colegio mi querida Ruby o quiero decir "estábamos" .
—¿Estabamos?— No se me viene a la mente nadie.
—Ya que nunca volveremos. Me quedaré aquí contigo— Aunque la bolsa que lleva no me deja ver sus expresiones, siento que se le hace una sonrisa de oreja a oreja.

Algo vibró, era mi celular, ¡¡MI MADRE!!

—¿Y eso?— Denotó y fué hacia mi mochila que estaba en una esquina cerca de lo que sería mi salida —al parecer, tu querida madre te llama— Oh no.
—Por favor déjame— intenté librarme pero era inútil.
—No necesitaras esto nunca más— Y tiró mi celular contra una pared haciendo que esta se rompa en miles de pedazos ¿que fuerza tiene?
—¡¡NOOO!!— Dije y empezé a llorar.
—Calma mi querida Ruby— Me tomó de la barbilla y se acercó a mi oido —Lo hice para que no me separen de ti— susurró.
—Mátame— Susurré.
—¿Y quien te va amar tanto como yo?— Levantó su máscara hasta la boca. Y me besó.