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Sus dedos largos y delgados trastabillaban los ganchos en los que colgaban las prendas.

Nada era pueril para esa ocasión, ¿Cómo se suponía que encontrará un buen conjunto si nisiquiera había una ocasión?
Y no, el baile de bienvenida no era el tema central.

Entonces si el objetivo era una combinación para poder salir como normalmente lo hacía, refería que el reto no era tan complicado.

Recorriendo los estantes, los maniquíes y las decenas de ropa empezaba a perder la paciencia y con ello la cordura. Comenzó a sentirse en un absurdo y tonto reality show como los que Hangeul acostumbraba ver.
Y entendió por primera vez ese absurdo estrés que decían sentir las participantes.

Pero ganar un concurso de moda no es para nada aterrador comparado con una apuesta pérdida con Yoongi.

A veces Min solía ser un poco más despiadado que la gente normal. Es por eso que las apuestas las procuraba como una promesa de sangre.

Gracias a eso, bueno Namjoon obtenía la victoria y muchas veces la victoria no iba acompañada de grandes obsequios, pero la satisfacción de no sobajarse ante el enano era suficiente.

En la sección entrante su mente se aturdía con tantos cuadros. Chicos, grandes, de colores, magnetismos, efectos 3D. Y todos tenían por objetivo hacer tu vestimenta de algún modo más friki. Por si no lo eras lo suficiente.

Sabía que la playera que llevaba en manos se vería genial con esa camisa dando a ilusión de galaxia que apuntaba al famoso film 'Star Wars'.

Demasiado friki.

Despejó su mente y su vista de aquella idea que lo estaba sobre tentando.

"Definitivamente necesitaré a una persona con sentido de la moda para cuando me casé".
Pensó, y ese estado desapareció al ver la prenda con colores opacos que tenía frente a él.

Una camisa a cuadros relativamente grandes combinando la sequedad del rojo y negro, un aspecto muy vanal.

-Supongo que con una playera blanca contrataría bastante bien...-suspiró dudativo de sus acciones y de cualquier manera tomo la prenda entre sus manos para echarsela al hombro.

Los Jeans se asomaban por los cuartos de estanterías próximas, y aunque aún le faltaban varios pasos por llegar, ya había tomado la decisión de cuál era su modelo preferido.

Se echó al hombro uno negro a contrastes grises, tenía las rodillas rasgadas y eran entubados hasta el tobillo, era cierto que no tenía sentido de la moda. Pero Namjoon tiene ese cuerpo envidiable que con el solo hecho de estar en bóxers te dan ganas de comprarlos, con la ilusión de que probablemente se te amolden de esa manera. O por el contrario la sensación de quitárselos.

Las tallas eran un problema para él, pero ahora que ya sentía la victoria a la vuelta de la esquina comenzó a correr, buscando un vestidor y en su recorrido tal vez una playera blanca. Cuando lo primero que vió fueron esos mocasines que no iban para nada con el conjunto.

PARA NADA.

Pero en el soso entendimiento hacia la moda de Namjoonie eran el toque final para la sensacional victoria. Tomó el par de su número correspondiente y siguió buscando un vestidor en esa boutique que parecía un interminable y horrible laberinto.

Min lo había observado, sin dudas se estaba volviendo loco. En realidad sabía que había arruinado todo con esos zapatos, pero sostuvo su carcajada para no aventajarlo.

Encontró por fin a lo último de los pasillos un pequeño marco adornado con luces y un letrero más que llamativo elegante, donde llevaba por descripción "vestidores".

❀En❀ 30 ❀días.❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora