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No dejaba de sonreír ante la mirada frívola y seria de ese chico que tenía en frente. Su emoción revoloteaba a la par en la que encontraba más y más cadenas conjuntas colgando de ese bonito pantalón blanco.

Yoongi ya había detectado desde hace rato la mirada que paseaba en su búsqueda. El chico de cabellos rojizos sonreía de oreja a oreja mientras texteaba por celular, y le repartía miradas a los ojitos felinos de Min.

Suponiendo que era por los mensajes de alguna conversación Yoongi lo ignoraba y seguía en la búsqueda de su outfit ideal. Camino más rápido para alejarse del chico que no paraba de reír y al cual momentos antes ya le habia visto correr por los pasillos, acción que realmente lo hizo enojar, porque las trabajadoras incompetentes le veían mal y juzgaban por su manera de vestir, pero no decían nada mientras veían a un tonto corriendo por la tienda.

Siguió en su papel, pero no dejaba de ser incómodo la mirada de ese chico, estaba más sobrepuesta y no tenía ánimos de empezar una pelea sin sentido. Se quedó mirando unas cuantas playeras más, hasta que los estribos en su cabeza lo hicieron colapsar de enojo.

–¿Se te ofrece algo? –la pregunta con esa mirada seria no daba paso a qué la otra persona pudiese confundirlo con el personal de la entrada. Al final esa era la intención.

Hoseok volteo a todos lados, no había nadie detrás de él y tampoco es como si la ropa o el espejo pudieran contestar la pregunta del pelimenta que tenía en frente.

–¿Me hablas a mi? –Hoseok sonreía ancho, si en verdad se dirigía a él era un logro interno haber capturado su atención con la mera energía de su mirada.

–¿Qué no es obvio? Desde hace rato me estás mirando y persiguiendo, no se que deseas pero no puedo ayudarte, no soy personal de esta tienda y mucho menos te conozco así que por favor deja de seguirme –la voz calmada en Yoongi no pudo alertar a nadie de la tienda, acción misma que seguramente Namjoon hubiese agradecido, ya más de una vez había causado conflictos en público y no por ser problemático, pero esa cabeza llena de oraciones sarcásticas y agrias ocasionaban corto circuito en mentes pequeñas y cuerpos grandes. Era como un "don" que Yoongi pudiera hacerse de enemigos grandes y musculosos. Mezclar sarcasmo con estrógeno era siempre la peor de las ideas.

–Me gusta tu estilo – Hoseok sonrió tan ancho que sus pómulos lo sintieron, después una cara de sorpresa se apoderó de la cara del gatito enfurruñado que tenía en frente. Ver así al chico malo que vestía ropa holgada con cadenas gruesas lo hizo sonreír más y una carcajada salió sin intenciones, su mano ocultaba lo extenso de su risa y siempre le habían dicho lo tierno que se veía esa acción en él.

Yoongi quedó pasmado, no sabía si estaba bromeando o lo decía de verdad, la carcajada quito veracidad a ese cumplido que el chico de cabellos rojizos y sonrisa radiante le había dado.

–¿Bromeas?– Yoongi ya había recibido tantas críticas de cualquier tipo a su manera de ser, vestir, hablar, pensar, que el hecho de imaginar el cumplido de aquel extraño como algo real era más ilógico que apostar porque era una mala y agria broma.

–No, lo digo enserio– Hoseok podía reír y pasar a una expresión totalmente distinta en cuestión de segundos, está no era la excepción–no hablo en son de broma, me gusta mucho tu estilo... Y esas cadenas, me gusta el toque–

La risa cálida ablando la expresión contraída del más pálido, era como recibir el sol en plena primavera tan tenue y cálido que no te molestaba en lo absoluto. Yoongi no pudo evitar sonreír, ese cumplido era grato aún después de haberse dado cuenta que no se esforzó mucho eligiendolo. Entonces recordó su objetivo y recordó que su acompañante aún debía una apuesta.

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⏰ Última actualización: Dec 11, 2020 ⏰

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