JungKook entró algo dubitativo al hogar del pálido, era extraño estar pisando la casa en donde su novio, próximamente ex, pasaba tiempo con otra persona que no era él.
- ¿Te encuentras bien? - YoonGi le preguntó con una sonrisa. - Pareces como si estuvieras caminando por campo minado.
- Sí, lo estoy... sólo que, es extraño.
- Comprendo si quieres irte.
- No quiero irme. - JungKook clavó su mirada en el pequeño pelirrojo.
Este asintió, algo tímido, para después invitarlo a pasar al living, allí tomaron unas cervezas mientras miraban una de las mejores películas, según su punto de vista.
- Entonces... ¿te gustó?
- ¡Claro que sí! - YoonGi lo miró con los ojos brillantes. - Primero, me parece realmente increíble que James McAvoy haya interpretado un papel tan complejo, es muy admirable. Segundo, mi parte de románico empedernido y algo tóxico, a decir verdad, le hubiese gustado ver algo entre Kevin y Casey.
- Lo sé... pensé lo mismo.
Ambos hombres hablaron sobre Glass, maravillados por la trama de la misma. Ni siquiera se percataron cuando sus cuerpos estaban tan cerca, que ni una mosca podría volar entre ellos.
JungKook fue el primero en notarlo, la cercanía con el otro cuerpo le agradaba, emitía un calorcito que jamás había sentido. El castaño observó con total atención los labios finos y rosados del pálido, tan apetecibles. Tal vez fue por el alcohol en sangre, o simplemente fueron sus ganas de hacerlo, pero lo besó y se sintió jodidamente bien.
- Qué... ¿qué hiciste? - Dijo un avergonzado YoonGi.
- Nada, no sé, quise besarte. ¿Estuvo mal? ¿No te gustó?
La pequeña boca del pelirrojo aún estaba abierta, dándole un aura aún más adorable al hombre. JeonGguk sonrió al ver el sonrojo que se comenzaba a formar en las mejillas de su contrario.
Sin esperarlo, JungKook sintió como unos suaves labios chocaban con los suyos, moviéndose lentamente y tratando de mantener un ritmo. JungKook enredó sus manos en la pequeña cintura de YoonGi, atrayendolo más a él.
- ¿Qué tienen tus labios? - Murmuró YoonGi, sin separarse completamente.
- ¿A qué te refieres? - Respondió JungKook, sin abrir los ojos y volviendo a dejar cortos besos en los del novio de su novio.
- Yo... no quiero separarme de ti, quiero que poseas mi boca hasta el cansancio.
El hombre más alto impuso algo de fuerza en su agarre, logrando que el menudo muchacho quedara sobre sus piernas y sus estómagos juntos.
- Entonces saciemos esa pequeña adicción que tienes, YoonGi.
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