Azul infinito.

Si Cat ya tenía suficientes cosas por las que preocuparse, como ganar la competición Mentury de Surf por tercera vez consecutiva, conseguir un trabajo para comprar un coche y sobrevivir a otro alocado verano junto a su extraña familia, cuando su padre le dijo que ya no podría entrenarla para la competencia, su vida se volvió un completo desastre.

Encontrar un nuevo entrenador bueno era una tarea muy difícil, y más si se suponía encontrarlo al menos tres semanas antes de la competencia. Por eso, cuando Cat conoce a Todd Gliguer, el mejor surfista de Mentury (y también el más egocéntrico, según Cat), con una pierna rota y aburrido de pasarse toda su tarde sentado en el sofá, se atreve a proponerle ser su entrenador.

El único problema era: ¿Cómo iba a soportar al idiota, molesto, egoísta de Todd Gliguer por tres semanas? ¿Cómo se defendería de las incontables cosas que las chicas resentidas de Mentury harían por la envidia? Pero sobre todo, ¿Qué sería lo que Todd pediría a cambio de entrenarla?