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Ritual de bienvenida.
En cuanto el auto se detuvo, observe por la ventanilla la casa que se extendía luego de un pequeño jardín delantero. Mi padre hizo sonar la bocina, una forma de anunciar nuestra llegada. Antes de que pudiera abrir la puerta del auto, mi tía Jennifer ya había salido de la casa a saludarnos, con la pequeña Georgina pisándole los talones.
— ¡Hola! —saludo energética con su brillante sonrisa. Sus rizos castaños le caían desordenados sobre los hombros.
—Hola tía. —respondimos Connor y yo al unísono. Me colgué mi bolso de viaje al hombro y le di un abrazo que ella correspondió. Su dulce perfume entro placenteramente en mis fosas nasales y cerré los ojos por lo tanto que la había extrañado. Desde el verano pasado que no veía a mi familia.
—Estas mucho más alta, Cat. Si que creciste. —dijo, separándose de mí. —Creo que hasta has pasado a Minna.
—Ya era hora de que desarrollara, ¿no crees tía? —comentó Connor, riéndose. Jennifer dirigió su mirada hacia él, medio enojada media feliz de verlo.
—Y tu no maduras más Connor Felix Dankworth, ¿eh? ¿No piensas saludar a tu tía?
Connor puso los ojos en blanco y se acerco a mi tía para abrazarla.
—¡Catty! —gritó Georgina. Me había olvidado completamente de ella hasta ese momento. Me acuclille para quedar a su altura y le sonrió.
—Hola Georgi—saludo. Abro los brazos y camina hasta mí para abrazarme. La última vez que la había visto solo gateaba, no entendía como no se había olvidado de mí. —¿Cómo estás?
—Mu bien
Sonríe. Mientras tanto, escucho como mi tía no para de hablar con mis padres sobre cómo ha estado el viaje y el transito.
—¿Muy bien? Qué suerte. ¿Los chicos están adentro? —le pregunto.
—Si, están adento
Me levanto y camino hacia la casa. Mi padre se encargaría de bajar las valijas. Entre en aquella casa que se me hacía tan familiar. Nada había cambiado.
En la sala, Vincent y Ellie estaban sentados en el sofá viendo la televisión enbobados.
—Hola chicos. —salude. Ellie parecía sorprendida cuando me vio.
—Ah, hola Cat. No sabíamos que habías llegado. —se disculpo. Me acerque hasta ella y le di un abrazo.
—Está bien, no pasa nada. Hola Vincent, ¿no vas a decir nada?
Este, que hasta el momento se había mantenido callado, me fulmino con sus ojos verdes claros, que parecían matar. Vincent era un chico resentido desde que tenía memoria, por lo tanto, aun tenía rencor conmigo por la historia que hubo entre nosotros.
—Hola Catrine —dijo seco sin ninguna gota de carisma, y volvió la vista a la televisión. Ellie se nos quedo mirando raro, aunque Minna ya se había acostumbrado a aquello puesto que le había contado todo, ella aún no lo sabía.
Digamos que tenía una relación más fuerte con Minna, ella era como mi mejor amiga, además de mi prima, claro. Teníamos la misma edad y desde pequeñas habíamos hecho algo como una “alianza” para molestar a nuestros hermanos y primos. Eso nos llevo a hacernos amigas, y cuando ya habíamos crecido lo suficiente para dejar esas bromas de lado, nos habíamos unido como confidentes al ser las únicas niñas en la familia. Claro, hasta que llegaron Ellie, Rossie y Georgina.
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Azul infinito.
RomansaSi Cat ya tenía suficientes cosas por las que preocuparse, como ganar la competición Mentury de Surf por tercera vez consecutiva, conseguir un trabajo para comprar un coche y sobrevivir a otro alocado verano junto a su extraña familia, cuando su pad...