Preso

4 0 0
                                    

Y ahí estaba yo, preso de mis pensamientos, en medio de la nada, todo lo que me rodeaba era blanco, solo eramos mi mente y yo. ¿He hecho bien las cosas hasta ahora? No debí confiar en esas personas. No debo confiar en nadie ¿para qué? ¿Para que terminen siendo lo contrario a lo que aparentan y terminen acabando con el mundo? El mundo fisico ya está acabado, pero mi mundo actual, mis amigos, la gente que me queda, Jessica. Los voy perdiendo poco a poco. Mi familia, Jesús, Keith, Ronald... ya no están. No podría soportar el perder a Mariana o a Adriano, ni a Axel o Daniela. Jessica... Hace no mucho que empezamos a ser tan cercanos pero siento que si se va, todo acabaría ¿por qué? No tengo la más minima idea, no tengo idea de si estoy haciendo las cosas bien, si estoy del lado correcto, si quiero seguir viviendo, no sé ni en donde estoy. Levanto la mirada y observo mi alrededor, nada, solo hay blanco, hasta el sitio donde estoy sentado es blanco, no hay nada. ¿Debo estar soñando? No, puedo sentir claramente el contacto de mis codos en mis piernas y de mis manos en mi cara. Me siento preso en una caja, donde estoy solo y aún así no me siento tranquilo, mis pensamientos me atormentan. Si no hubiera confiado en esas personas, si no les hubieramos dado la cura, el virus; ¿en donde estaría? Muerto, por oponerme a darles lo que querian. No, ellos me quieren, piensan que soy clave para acabar con la humanidad, no en realidad, cualquier humano es clave para hacerlo, ya que incluso antes del apocalipsis, todo hombre acababa lentamente con la humanidad. Unas voces empezaron a resonar en mi cabeza, como un eco infinito - Rodrigo - lo has hecho todo mal - deberias pegarte un tiro de una vez - todos te odian - nadie se quedará contigo para siempre - no puedes confiar en nadie - Rodrigo - Rodrigo -Rodrigo - Rodrigo.

Callense.

- ¿Crees que evitando pensar en todo lo que pasa serás feliz? - Morirás - harán que mueras - te dejaran morir -te matarán - Ronald - lo mataste - te mataran como lo hiciste con él.

Por favor callense.

- Rodrigo - Eres un inutil (esa era la voz de mi padre) - Se que me cuidarás (esa era la voz de Stella) - Si, sacarás adelante a la familia (esa era la voz de mi madre) - Morirás solo (la voz de un antiguo amigo mío) - Saldremos juntos de esta (esa era la de Ronald, horas antes de morir). Todas eran verdades y promesas rotas. Soy un inutil, moriré solo. Lamento el no haberte cuidado cuando debí, Stella. Lamento el no haber ayudado en nada a la familia, Madre. Perdon por no ir contigo, Ronald.

- Muere - Hazlo - Rodrigo - Rodrigo - Rodrigo - Rodrigo - Rodrigo - Rodrigo.

¡¡¡Mierda callense YA YA YA YA!!!

Seguian hablandome, no se detenían.

- Matate - Perdedor - Inutil.

Miré mi pierna, la pistola que llevo en un bolsillo para ello. La agarré del mango, la elevé a la altura de mi cabeza, la pegué a mi cien.

- Hazlo - Hazlo - Aprieta el gatillo - ¡¡¡Dispara!!!

Empecé a poner peso sobre el gatillo, cerré los ojos con fuerza, pero un brillo fue lo que pude ver en esa oscuridad. Eran unos ojos, demasiado hermosos, me daban ganas de seguir viviendo por el simple hecho de verlos. Pero las voces continuaban, iba a presionar el gatillo con fuerza pero en ese momento me quitaron el arma de las manos.

¿Qué crees que estás haciendo? -me dijo una voz suave, pero que demostraba enojo.

Abrí los ojos y vi esos mismos ojos, la vi a ella, Jessica, a pesar de seguir golpeada y adolorida, era lo unico que tenía color en esta pequeña caja a excepción de mí. Me miraba a los ojos, al igual que yo miraba los suyos, todo el entornó tomo color poco a poco, un color oscuro y verdoso, estabamos en una habitacion vacía.

Respondeme - dijo mirandome aún a los ojos.

Mis ojos se inundaron de lagrimas, la abracé con fuerza y empecé a llorar en su hombro como un niño pequeño,  la abracé con demasiada fuerza, necesitaba apoyo, cariño. Y ella podía darmelo en ese momento. El sentirla abrazandome me hizo sentir tranquilo, y pude escapar de esa espantosa pesadilla que casi provoca mi muerte.

Por favor, no te vayas - dije llorando aun.

-No lo haré, puedes confiar en ello.

Raw II: PandemiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora