Cap IV

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Tenía 16 entonces, ella no paraba de mover el pie, parecía impaciente y mordía el lápiz para no morderse las uñas o los labios aunque lo hacía luego de un rato. Tocó el timbre de la última hora y ella estaba cada vez más desesperada, parecía incontenible.

–Chicos, su maestro no vino hoy, pero tendrán que esperar a la salida. –el anuncio de otro maestro hizo estallar el estrés de Mikasa quien tiró el lápiz y me miró un momento para después levantarse.

–Ya no lo soporto... –murmuro un poco para si misma y salió del aula.

–Qué le pasa? –la respuesta a la cuestión de Armin es muy fácil.

–Ire a ver. –salí del aula siguiéndola a cada paso hasta el almacén.– Mikasa? Te encuentras bien?

–... No... –me acerque a ella esperando calmarla cuando repentinamente sus labios rosas se hicieron más llamativos a mis ojos y terminé por unirlos a los míos, ella tomo mi rostro entre sus delicadas manos para evitar el final del acto, siguiendo el paso desenfrenado del beso que comencé involuntariamente.– Hagámoslo de nuevo.

–Aquí? –la agarre de la cintura algo inseguro del lugar esperando una negativa a la pregunta.

–Si... ya no soporto estar un día sin ti. –ante sus palabras mis instintos sexuales dominaron mi cuerpo sin antecedentes de búsqueda a la cordura, besé sus labios de nuevo sin pudor e impidiéndole huir al aire tras bajar por su cuello hasta su clavícula, desabotone su camisa dándole paso a mis manos para acariciar su espalda que se erizó cuando le bese el cuello nuevamente, sentí la agilidad de sus manos arrebatarme la camisa repentinamente y note un pequeño berrinche interno por su parte cuando notó que llevaba una sin mangas debajo de la anterior.– Diablos...

–Olería a sudor si no la usará. –pase mi mano por su abdomen haciendo que se ponga rígida ante el contacto.– Tu usas algo molesto igualmente.

–Lo necesito.

–Realmente no. –por debajo de su falda le quite las pantaletas en un movimiento rápido para meter mi dedo en aquella zona aún estrecha. –Conmigo no necesitas usar nada.

–Ya veo... –con la espalda erguida se mordió el labio inferior, oportuna e inoportuna su decisión repentina de despojarme de la camiseta que llevaba puesta, esto solo para descansar un poco de sentir mi mano adentrarse en un lugar estrecho de su cuerpo; sonrió al notar mis pupilas dilatadas por sentir sus manos sobre mi abdomen, note en su pícara risa el deseo de juguetear con el asunto que amenazaba en penetrar entre sus piernas si ella no hacía algo, bajo sus manos para adentrarse más allá por debajo de mi pantalón que, con delicadeza impropia, desabrochó y así empezar con el trabajo manual del que solo ella podría encargarse, me pegue a la pared al sentir sus manos acariciar el asunto con delicadeza y siendo salvaje al besar mi cuello, sostenía su cintura para no dejar de sentir el tacto de su piel y acariciaba su cabello para mantener cerca su boca de la mía y haci poder besarla en cualquier momento, paro un instante con la línea constante de besos para mirarme a los ojos mientras que de manera provocativa se relamia los labios y mordía el inferior en un acto seguido.

–Sabes como hacer que me vuelva loco... –sonreí para besarla no sin antes introducir mi lengua en su boca, acto que recibió una respuesta inmediata y positiva que no reparaba en dudas.

–He estado viéndote más tiempo desnudo que con ropa, sería lo normal. –tome la mano que se ocupaba del mi erección y entrelace nuestros dedos para poner su mano cerca de la columna.

–Que sea diario no significa que sea más tiempo. –bajo la cabeza poniéndola en mi clavícula al sentir el roce de mi miembro cerca de su húmeda zona.

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2020 ⏰

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