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Me despierto con la alarma vibratoria de mi celular. No quiero molestar a mi familia. No quiero verlos. Me cambio en silencio y rápido, para salir de mi casa cuanto antes. Odio a mis padres. No se si ellos me odian, pero me exigen demasiado y por eso los odio.
Mis hermanos son campeones de Béisbol en la liga de su universidad, son los mas populares, tienen el promedio mas alto de su grado, tienen novia y miles de chicas llorando por ellos. Yo estoy en ultimo grado de secundaria, no tengo primeros lugares, lo único que hago es leer, ir a la escuela y jugar en mi celular. Y por eso mis padres me exigen tanto. Quieren que sea como mis hermanos. Mi familia tiene dinero, les va bien. Pero esa es la prueba de que el dinero no hace la felicidad.
Tengo puestos unos jeans desgastados, unas zapatillas y una bonita blusa de blanco y negro. Dejo mi cabello castaño suelto y me lo peino. No me gusta peinarme, pero mi cabello es tan lacio que un cabello fuera de su lugar se ve despeinado a morir.Salgo de mi casa sin desayunar. Me compraré algo afuera. Mis padres si me dan dinero, piensan que soy una niña tonta haciendo berrinches y el dinero es mi dulce. Odio que me den tanto pero a la vez tan poco.
-Heather- se oye la voz de mi madre en la puerta.
Me volteo sin contestar.
-¿A dónde vas?- pregunta.
-A la secundaria. ¿A dónde crees tu?- respondo.
-Señorita, no vuelvas a hablarme así.
-¿Asi cómo? ¿no es obvio? Voy a la secundaria- odio que siempre moleste y haga preguntas sin sentido.
- ¡Mamá!- mi hermano, como un niño pequeño, necesita a mi madre para todo. Lo peor es que ella les hace caso. Son el orgullo de la familia y mi madre ni siquiera se molesta en despedirme ni en cerrar la puerta. Me doy la media vuelta y empiezo a caminar.
En el camino pienso en mis padres y hermanos. Mas bien toda mi familia. Todos esperan que sea una estudiante ejemplar con una beca en Harvard o capitana de un equipo de porristas oxigenadas. Pero simplemente no puedo, porque yo no soy así. En resumen, tienen expectativas de mi que no puedo cumplir.
Llego a comprar una dona y un café a una tienda de la esquina. No me gusta gastar tanto dinero en un café de marca que sabe horrible. Camino un par de cuadras hasta llegar a la secundaria. Cuando termino de cambiar mis libros me dirijo al salón del odioso profesor de Ciencias.
-Hola, linda.- un chico cualquiera de la clase de Ciencias.
-Bill- le digo a modo de saludo, con cara de asco.
-Ya se que no quieres nada conmigo, pero si me...
-No- lo interrumpo- No, Bill, no quiero nada contigo y no quiero que me hables nunca ¿bien?
Me voy a mi silla sin esperar respuesta.
No es la primera vez que me coquetean. El solo me quiere por mi dinero. Por mi se lo daría, pero odio que usen como excusa que les gusto.
Llego a mi lugar (en el fondo del aula), pongo mi celular en vibrador (aunque nadie me llame) y me pongo a leer un libro que me regaló mi tía favorita antes de que se mudara al otro lado del mundo.
Después de cuatro clases aburridas, un receso aburrido lleno de coqueteos (a algunas personas debo parecerles bonita, y claro, por mi dinero) y otras tres clases aburridas salgo de la preparatoria.
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Cuidado con lo que deseas
Science FictionOdias a tus padres. Odias a tus hermanos. Odias todo. 11:11. Deseo que mi familia desaparezca. Un estúpido deseo no cambiara nada, cierto? Desea lo que quieras, pero enfrentate a las consecuencias.