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"La magia está en cada rincón, sólo hay que observar atentamente"

°---Mystic---°

--Mystic me podrías prestar atención por favor?-- exclamó una cansada mujer mayor.

--Lo siento madre estaba pensando en otra cosa.

--Siempre en las nubes niña-- reprocha-- necesito que vayas al bosque a buscar unas flores para la tienda, no tengo tiempo de ir yo, debo empaquetar un par de cajas de té de manzanilla para mañana y son como cien-- lanza un suspiro agotado-- tengo la lista y las fotos de las flores, no creo que te confundas.

--No lo haré, soy responsable.-- el comentario hace largar una carcajada a la contraria.

--Lo que tú tienes de responsable lo tengo yo de joven.

--Si que eres cruel mujer

--Ten --me entrega la lista-- necesito que vayas ahora que es temprano, confío en ti.

--lo haré, nos vemos luego-- deposito un beso en su mejilla y salgo de la tienda.

Hacía algo de frío, lo típico de otoño, adoro la humedad y que los árboles tengan muchos colores.
Vuelvo a darle una hojeada a la lista que me entregó mi madre, la guardo en mi morral y parto hacia el hermoso bosque Hallerbos, desde niña que acompaño a mi madre a recolectar hierbas, nunca lo había echo por mi cuenta, coloco mis audífonos para que mi trayecto no sea tan aburrido, apuro mi paso ya que en unas horas va a estar muy oscuro y tengo una extensa lista de flores que recolectar.

Al adentrarme al extenso bosque un dulce aroma a flores invade mis fosas nasales, respiro hondo inundando mis pulmones de ese aire tan puro, exalo y me siento llena de paz.

--Caléndula...--- vuelvo a mirar la foto --- Dios mío son muy parecidas-- comparo la flor con la de la imagen-- de todas maneras me la voy a llevar.

Saco una pequeña tijera para cortar la Planta

--Permiso plantita voy a cortar un poco de tus hojas.

Al terminar de cortar unas cuantas flores un arbusto al frente mío se empieza a mover.

No le doy importancia y sigo adentrándome hacia el bosque, disfruto de la vista, este lugar me calma, sigo caminando y escucho unas ramas romperse.

Me quedo estática.

El miedo recorre mi cuerpo.

Cierro los ojos esperando lo peor, pero simplemente no pasa nada.

Al abrir mis ojos noto una pequeña y linda criatura que olfatea mis botas.

--Dios mío casi me matas del susto bolita de pelos- comento mientras acariciaba su suave cabecita.

Está se acerca más para olfatear mi morral mientras mueve simpáticamente su colita.

--Te gustan las flores?-- largo una carcajada al ver que mueve tiernamente sus orejas escuchandome-- a mi también.

La vuelvo a acariciar mientras me siento en el suave césped del lugar.

---tienes hambre?--pregunto mientras saco un tupper con fresas frescas--- no se si los lobitos tan lindos como tú comerán frutas--acerqué una fresa a su hocico-- pero espero que sí, son muy ricas.

Está la devora en respuesta y se sienta a mi lado.

Mientras que alimentaba al tierno animal una pregunta corría por mi mente, esa pequeña se habría extraviado? Hace cuánto que estaría sola?

--Donde está tu mamá?-- pregunto dulcemente.

No fue necesaria una respuesta.

Un gigante lobo azabache de hipnotizantes ojos verdes estaba gruñendo en mi dirección.

--DIOS MÍO--grité totalmente aterrada mientras me levantaba lentamente.

Esto provocó que el enorme lobo gruñera más fuerte.

--Ho...hola señora loba, solo estaba alimentando a su pequeña, mi intención no era molestarla-- dije cómo si el animal me pudiera entender--

Éste dejo de gruñir pero seguía en posición de ataque.

--No me hagas daño, soy vegetariana, amo a los animales, si quieres fresas te las regalo, pero no me ataques-- dije al borde de las lágrimas.

Sus penetrantes ojos verdes seguía clavados en mí.

El animal dió unos pasos hacia atrás.

Aulló en dirección al cachorro que estaba a mi lado y éste con el rabo entre las patas corrió hacia su "madre".

--Gracias-- pronuncie suavemente-- lamento haber tocado a tu cachorro, entiendo que los humanos no les gusten, son una mierda, pero no todos somos iguales, yo soy buena, quieres una fresa?

Al estirar mi mano con la fruta recibo otro gruñido, la observo atentamente, está lastimada, desconfía de mi.

-- Estás lastimada-- señalo su pata trasera-- puedo ayudarte, pero como hago que entiendas que no quiero hacerte daño?-- suspiro frustrada.

De la nada el enorme lobo azabache se echa en el césped frente a mi, mientras la lobizna mueve su colita hacia mi dirección.

Acerco mi mano a su enorme osico para que pueda olerme y demostrarle que no voy a dañarle.

Éste baja la cabeza permitiendome tocarlo.

Acaricio su negra cabellera suave y abundante.

--Eres un animal hermoso -- comento en un susurro.

Busco en mi morral las cremas cicatrizantes que hace mi mamá, la abro y dejo que el animal la huela.

En señal de permiso me acerco lentamente, no parece molestarle, logro llegar a su músculosa pata y encuentro una herida de bala.

--Quien habrá sido el hijo de puta que te ah echo esto?-- le pregunto al animal-- que no lo vea porque juro por todos los dioses que lo voy a matar con mi mini tijera-- comento cabreada.

El animal refunfuñó como si me hubiera entendido cada palabra que dije.

--lo se son unos idiotas lobit...o?--observo su gran miembro lobuno.

Éste me gruñe.

--Hey tranquilo no te lo voy a tocar-- largo una carcajada-- nunca había visto que un animal se cohibiera porque les miren sus partes.

El gran animal suspira.

--Esto va a doler un poco-- tomo su pata lastimada entre mis manos y con cuidado aplico la crema cicatrizante sobre ella

Él gruñe, pero no a mí, al dolor.

--Por suerte no está la bala, sino hubiera sido peor-- pienso en voz alta-- en un día estarás bien, mi madre hace estás cremas y son muy efectivas, todo el pueblo viene a comprarlas.

Le acaricio su pelaje una vez más, guardo mis cosas, me pongo de pie mientras esos pares de ojos me observan expectantes y me digno a despedirme.

--Bueno hermosas criaturas, mi trabajo aquí está echo, espero volverlos a ver--- los acaricio a ambos.

Estos imitan mi acción de incorporarme, el lobo azabache se acerca a mi refriega su osico en mi mano en señal de agradecimiento y ambos se largan a correr dentro del bosque.

Los observo alejarse.

El más grande se vuelve a mirarme con sus grandes orbes verdes, agacha la cabeza una vez más en agradecimiento y desaparecen totalmente.

--Que hermosas criaturas-- pronuncio maravillada.

Luego de ese encuentro sigo con mi tarea de recolectar todas las flores para poder marcharme a mi hogar, ya está oscureciendo.

∆𝕰𝖓 𝖊𝖑 𝖇𝖔𝖘𝖖𝖚𝖊∆ J.JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora