Honorable | 2Min

Capítulo I

Estaba jodido. Muy jodido. Lo supo desde el momento en el que el hombre armado posó sus ojos en él, atrapándolo justo cuando tomaba una de las bolsas de seda repleta de monedas, perteneciente a una mujer de mediana edad.

Taemin había ideado el plan perfecto cuando escuchó a los pueblerinos hablar sobre la visita del emperador a la plaza central. Muy pocas veces el hombre regordete y barbudo se hacía presente en los alrededores. La mayor parte del tiempo se encontraba encerrado en su palacio.

Las escasas ocasiones en las que el hombre que decía gobernar, se molestaba en salir, era debido a condiciones peligrosas o de celebración. Aunque el motivo principal de la asamblea actual tenía a Taemin sin cuidado, ya que, su objetivo principal era obtener joyas, muchas joyas, no el escuchar sermones de un hombre que le interesaba más el oro que el bien de su pueblo.

No sólo irían aquellos que pululaban en los mercados, también asistirían los de alto rango, los que poseían renombre y dormían en cómodos lechos, no en el suelo, a un costado de los malolientes cerdos.

Las piernas del joven Taemin de tan solo quince años, se movían a una velocidad considerablemente rápida ya que no deseaba ser atrapado y que hurtaran su reciente motín. Lo necesitaba.

Logró adentrarse entre los frondosos árboles que adornaban el bosque que se encontraba cerca de la plaza y ahí, trazó su camino por entre los robustos troncos, tratando de perder a sus cazadores.

Una pequeña pero traicionera rama le hizo perder el equilibrio, ya que atrapó con fiereza su pie, provocando que su cuerpo colisionara contra el suelo salpicando su rostro de barro debido a las recientes lluvias.

Percibió apresurados pasos en sus cercanías, poniéndole alerta de inmediato. Se giró como pudo aún en el suelo y justo cuando estuvo de frente, vio como un afilado Jingum era empuñado contra su rostro. Taemin había aprendido de su difunto padre a pelear, así que logró esquivar aquel movimiento con agilidad, aunque no logró salir ileso ya que la hoja del arma rasgó la piel de su mejilla, provocando que el líquido carmesí salpicara su rostro, mezclándose con el barro.

Cuando el hombre armado intentó dar un segundo golpe, Taemin extrajo una cuchilla de su cinturón, logrando interceptar el Jingum del guerrero que tenía enfrente. El sonido agudo que hicieron ambos metales al colisionar, hizo vibrar los tímpanos del más joven.

Taemin sabía que el guardia era más fuerte que él, y lo confirmó cuando los brazos le comenzaron a doler por la presión de la cuchilla contra el arma contraria. No resistiría por mucho y si llegaba a ceder, sería su fin.

Hizo lo único que logró sacarlo de la muerte segura, y fue juntar la suficiente saliva en la boca y escupirla justo en los ojos del guerrero. La sonrisa segura que tenía en sus labios se desvaneció y echó un quejido asqueado. Su Jingum se alejó de Taemin, dándole la oportunidad de huida; tomándola y no dejándola ir.

Dio una patada al hombre que intentaba limpiar el líquido traslucido y viscoso de su rostro, provocando que cayera al suelo, eso le daría unos cuantos segundos más para conseguir su escape.

Corrió, lo más rápido que sus piernas le permitieron. Alternaba su vista entre el frente y sobre su hombro, corroborando si es que aún era perseguido. Logró adelantar al guardia por unos cuantos metros, ya que era más delgado y sus ropas no eran pesadas, por lo tanto, su rapidez era una ventaja.

Giró sobre uno de los árboles, tratando de perderlo de nuevo, pero lo que se encontró enfrente lo hizo detenerse en seco.

Un par de ojos marrones se encontraron con los suyos. El sudor resbalaba por la frente del contrario y su pecho bajaba y subía con esmero. En sus manos apretaba una larga y afilada espada. El cabello le llegaba a los hombros y se encontraba húmedo por el esfuerzo que había estado ejecutando momentos antes de ser interrumpido. Debido a sus ropas, Taemin supo que no era cualquiera. El conjunto que portaba era digno de un guerrero de alto rango y prestigio, lo que confundió al joven fugitivo; era demasiado joven para ser tan poderoso.