HanGuang-Jun, Lan WangJi es un famoso y reconocido cultivador del clan Gusu Lan, conocido y aclamado regularmente por "estar siempre donde el caos está"
Gusu ha estado en una tranquilidad perpetua durante demaciados meses para ser normal, lo que lle...
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El silencio reinó durante varios minutos, el sonido del viento y el canto de los pájaros fue el único sonido que permaneció en algún tipo de orquesta celestial y relajante. El sol en el cielo estaba en su punto máximo iluminando todo a su paso y calentando el ambiente satisfactoriamente.
Su vista fue cegada por unos instantes debido a la luz, solo para que momentos después su vista regresara para ver el panorama que se presentaba hermosamente delante suyo.
El hombre frente a él, un hombre alto y delgado; vestido con un hermoso y elegante hanfu negro con detalles rojos, con un maltratado pero brillante listón rojo atado en su muñeca derecha; algunas vendas amarillentas y desgastadas rodeando y cubriendo la piel alrededor de su fino y delgado cuello llegando hasta la parte inferior de su nuca; con un hermoso cabello negro cortado de forma irregular que no le llegaba más abajo de la barbilla por el frente y apenas cubriendo la mitad las venda en su nuca por la parte trasera, claramente lo había cortado él mismo sin cuidado; unos ojos grises que parecían ocultar secretos oscuros detrás de su hermoso y gran resplandor ; y una amplia y brillante sonrisa que resaltaba la belleza del hombre.
Una sensación desconocida inundó y llenó por completo su corazón, se sintió aturdido y abrumado, sentía que el oxígeno abandonaba sus pulmones y que algo oprimía su pecho. Se llevó la mano al pecho donde debería estar el corazón y se aferró con fuerza a sus ropas blancas e inmaculadas, no le importó ni por un segundo el que estas se arrugaran bajo su agarre. Su corazón latía demasiado fuerte y a una velocidad anormal. Se preguntó si había algo mal con él, estaba seguro de que no estaba enfermo, ¿entonces porque se sentía de esta forma?
Los rayos del sol iluminaron el bello pero corto cabello negro, los brillantes ojos grises y aquella hermosa sonrisa que mostraba los dientes blancos del propietario.
El hombre de hermosa sonrisa tomó uno de sus cortos mechones de cabello y lo retorció entre sus delgados y traviesos dedos que parecían no poder quedarse quietos. Lan WangJi fue incapaz de apartar la mirada ante la hipnótica vista a la vez que un pensamiento surgía en su mente sin su consentimiento; era una pena que un cabello tan hermoso fuera tan corto.
Sintió una enorme necesidad de tocar y acariciar aquella melena negra, pero alejó aquellos pensamientos inapropiados, sería completamente grosero e inapropiado tocar el cabello de alguien al que acababa de conocer.
Por su parte, el hombre de negro se miró confundido al no obtener ningún tipo de respuesta de parte del cultivador de ropajes blancos aun cuando ya habían pasado varios minutos, pues este solo lo miraba con una mirada inexpresiva que parecía ver través de él, como si lo estuviera examinando a profundidad. Algo en aquella mirada le hacía sentir incomodo, sentía que sí le permitía observar más, excavaría dentro de su ser y revelaría todos sus secretos.
─ Hemm... ¿Maestro cultivador? - lo llamó con duda tratando de llamar su atención - ¿Se encuentra todo bien?
Lan WangJi parpadeó al escuchar las palabras del contrario, saliendo de su trance momentáneo. Movió ligeramente la cabeza sorprendido de sí mismo, se había quedado tan concentrado mirando al hombre que se había olvidado por completo que este le había hecho una pregunta anteriormente.
