Capítulo 2.

4 0 0
                                    

Aún tenía aquellas palabras en la mente, aquellas cartas que hablaban sobre ella, ¿Es que Sebastian realmente no era su padre?

— Era, es y será tu padre, berenice, fue él quien te crió como suya.

La voz de Philoméne la sobresaltó de repente, consiguiendo que Aiko se echara a reír a carcajadas por la cara que había puesto por el susto.

— Phil, ya te he dicho que no hagas eso, al menos no sin avisar antes, por favor, y tú... - Dijo la pelirroja señalando a la japonesa, antes de darle un toque en la punta de la nariz, riendo por haberla sorprendido.

— En serio, ¿Quieres ir a conocer al sujeto que supuestamente ha dado adn para tu creación? Pues iremos contigo y estaremos a tu lado. - ¿Por qué debía sonar tan extraño saliendo de la boca de su amiga?

— No, mejor no, ¿De qué vale ir ahora? Después de casi veinte años. El tuvo que saber de la muerte de mi madre y no dio señales de vida, así que no, no iré.

— Pues perfecto y ahora a trabajar que ya hay clientes esperando. - Comentó Philoméne, haciendo que la japonesa abriera por fin la puerta que daba al exterior de la chocolatería.

[...]

La tarde se había pasado volando, tratando con los clientes y por suerte y gracias a la compañía de sus locas amigas, había sido muy ameno.

— Y pensar que ahora hay que ir a la reunión. ¿Por qué los viejos deben ser tan pesados? Yo ni siquiera soy de vuestro aquelarre... - Se quejó Aiko, a quien estos habían tenido vigilada desde que había puesto un pie en Washington.

Dos horas después se encontraban ya en el lugar indicado.

Un claro en medio del bosque donde sólo podías llegar al lugar si ellos te dejaban y muchos se habían perdido por los bosques de los alrededores, solo por el hecho de querer encontrar aquel sitio, llamado "El claro de las brujas" como irónicamente los lugareños lo habían nombrado.

— Por fin estáis aquí, niñas, como sabréis siempre estamos en constante acecho por los cazadores, quienes sin descanso van detrás de nosotros, desde los tiempos de Salem, para acabar con nosotros.
— Eso ya lo sabíamos, ancianos, ¿Por qué estamos aquí realmente? - Comentó Berenice un tanto irritada, pues podrían haber estado haciendo otra cosa a parte de estar allí quietas sin hacer nada más que escuchar a eso que decían ser los líderes de los aquelarres y lo único que hacían era esconderse como cobardes en aquellas tierras.

— No seas irrespetuosa, bruja, sigues viva gracias a nosotros que te acogimos en nuestro aquelarre, sino no serías nada.

Odiaba que aquellos viejo la trataran como si no sirviera, estaba cansada de ellos y sus formas y de que pensaran que ella los necesitara, por lo que se giró, dispuesta a marcharse de allí, antes de sentir un agarre en su cuello, dejándola rápidamente sin aire en los pulmones, haciéndola caer de rodillas, donde estaba parada.

— ¡Insolente, no vuelvas a darnos la espalda a nosotros que te hemos criado y enseñado todo! - Gritaron al unísono los tres ancianos, quienes habían levantado sus brazos hacía la pelirroja, mientras que la japonesa y afroamericana observaban con un deje de terror en la mirada.

— ¡Por favor, soltadla! - La voz de de la japonesa resonó en el lugar como un viento fugaz.

— ¡Quítate de medio, kitsune, este no es tu territorio! - Volvieron a gritar los ancianos, tirando al suelo a Aiko, quien no pudo hacer otra cosa en aquel momento, pero fue entonces cuando la pelirroja, quien con esfuerzo se levantó para darse la vuelta y clavar su mirada rojiza en estos antes de quitarse el agarre del cuello de un manotazo, como si no le costase nada.

— Sí, me habéis enseñado bien, y os lo agradezco todo lo que habéis hecho por mí... - Se acercó a estos, quedando sólo un metro de distancia entre los tres y ella, antes de volver a hablar. — Pero la próxima vez que me levantéis la voz o me ataqueis a mi o a alguna de ellas, os arrepentireis de haberme dejado vivir.

Sin más se fue del lugar siendo seguida en silencio por las dos chicas, quienes no sabían qué había sucedido realmente.

Historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora