tres.

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o3.| ¿ENTENDIDO?

      Cuando la híbrida despertó, se encontró en una situación que reconocía perfectamente. Sus brazos estaban atados a la espalda de la silla con sogas empapadas en verbena, y sus tobillos también estaban atados alas patas de la silla. Tenía una bandana atada en su rostro, manteniéndola callada y provocando que las esquinas de sus labios ardieran. Bolsas pesadas estaban presentes debajo de sus ojos, y eso la hizo comenzar a preguntarse por cuánto tiempo había estado inconsciente. Azaelia supuso que ellos habían conseguido una buena cantidad de verbena para mantenerla abajo porque sabían que un poco no la controlaría en lo absoluto.

      Un gemido escapó de sus labios cuando ella abrió sus brillantes ojos azules, pero los entrecerró tan rápido como vio quién estaba frente a ella. Damon y Caroline estaban parada a cada lado de ella; Elena, Bonnie y Stefan estaban sentados en el sofá frente a ella, todos ellos observándola con decepción. La Banshee no tuvo problemas con mirar a su hermana, sabiendo que había sido ella la de la brillante idea de atarla mientras intentaban hacerla volver.

      El trío en el sofá estaba hablando entre ellos en susurros, pero entonces ellos escucharon a la vampira reír con un tono ronco mientras lentamente levantaba su cabeza. Elena encontró la mirada de su hermana mientras se observaban la una a la otra, y ella tenía miedo. Temía de lo que su hermana era capaz, especialmente desde que la última vez que había apagado su Humanidad, ella había sido una víctima. Estaba agradecida que su hermano estaba a punto de buscar un par de cosas para ellos y que estuviera allí para ver a su hermana despertar.

      Antes que Azaelia siquiera pudiera hablar, la vampira rubia arrojó un vaso de agua con verbena a su rostro. Ella gimió de dolor mientras sacudía la cabeza, encontrando los ojos de Caroline —. Oh, Caroline. Olvidé lo mucho que te extrañaba. ¿Cómo estás? ¿Cómo lidias con estar enamorada de Stefan y todo eso?

      —Azaelia--.

      — ¿Qué? ¿No puedes soportar la verdad cuando no eres tú la que la dice?—, la interrumpió Azalea. Ella rió para sí misma mientras negaba —. No eres nada, Caroline. Sabía que debería haberte matado cuando apagué mi Humanidad. No te mereces nada más que una linda y afilada estaca de madera a través de su garganta... y posiblemente tu corazón también.

      —No quieres decir nada de esto—, habló Damon, parándose frente a ella para que no siguiera enfocándose en Caroline. Esta vez, se concentró en Damon, lo que hizo a Azaelia sonreír para sí misma mientras lo observaba. Sus ojos azules se fundieron con los de ella mientras se agachaba a su lado, una estaca de madera en su mano mientras la miraba —. Haremos esto sencillo: enciendes tu Humanidad, o sufrirás. ¿Entiendes?

      —Por favor, ambos sabemos que ya no te importo desde que te rechacé por tu hermano—, ladró Azalea, mirando de reojo a Stefan. El hermano menor miró a la chica que seguía amando antes de desviar su mirada. La Banshee entrecerró los ojos antes de volver a mirar a Damon —. No importas, Damon. ¿Por qué no vas a hacer algo para impresionar a la buena niña de mi hermana, Elena?

      Hubo una pausa antes que él gritó de Azaelia ahogara sus oídos. Sus ojos se dirigieron a la estaca de madera que atravesaba su pierna y ella apretó su mandíbula. Damon y Azaelia se miraron el uno al otro por un par de segundos antes que Damon usara su otra mano para tomar su mejilla y apretarla para evitar que hiciera lo que quería.

      Todos sabían que cuando ella tenía la oportunidad, ella usaría su grito de Banshee. Pero ellos tenían un truco bajo la manga para evitar que utilizara su habilidad. Él hundió su mano en su bolsillo con su mano vacía antes de meterle la mezcla de hebras por la garganta. Azaelia se ahogó y tocio antes de gruñirle, sus ojos comenzando a volverse blancos.

      — ¿Qué diablos fue eso?—, ladró Azaelia.

      —Una mezcla de hierbas que evitará que uses tu grito de Banshee—, habló Bonnie mientras se levantaba de su lugar al lado de Elena. Azalea podía ver a su hermana intentando detener a la bruja, pero no fue lo suficientemente rápida. La bruja Bennett se le acercó, mirándola fijamente —. Te mantendrá callada por tanto tiempo como queramos, y si quiera intentas gritar, te quemará la garganta – literalmente.

      Todo lo que hizo la mujer fue reír con burla —. ¿Se supone que debo tener miedo?—, detrás de Damon y Caroline, la puerta del departamento de Azaelia se abrió los ojos de la Banshee aterrizaron sobre su hermano menor. Ella entrecerró los ojos antes de suavizar su mirada, esperando posiblemente poder engañar a su tonto hermano —. Jeremy... no quieres que tu hermana favorita sufra, ¿cierto?

      —En realidad, no le importa—, la voz de Matt Donovan llegó a la habitación, lo que hizo a Edelyn comenzar a reír mientras miraba a todos los presentes.

      —Ustedes son tan jodidamente predecibles. Trayendo al precioso Matty-azul a mi casa en Nueva York y convencerlo de que ustedes lo maten frente a mí con la esperanza de que vuelva a ser quién era—, Azalea se rió de ellos mientras los miraba. Ellos la observaron por un par de segundos antes que su teléfono comenzara a sonar en su bolsillo trasero. Ella no dijo nada mientras les sonreía.

      Damon miró por sobre su hombro, antes de mirar a Caroline. La rubia asintió, caminando alrededor de la silla y agachándose a su lado, tomando a la vampira y tomando su teléfono. Azaelia observó alrededor mientras Caroline sostenía su celular entre sus manos.

      La rubia observó la pantalla mientras seguía sonando, antes de sostener el teléfono frente a Azaelia. Pero cuando la híbrida no les dijo quién la estaba llamando, fue Caroline quien atendió la llamada, colocándolo en altavoz para que todos pudieran escuchar. La persona al otro lado de la línea no era alguien con quién el grupo de Mystic Falls hubiera creído que Azaelia seguía en contacto.

      Kol Mikaelson.

Survival Instinct: stefan salvatore.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora