Capítulo 17: merienda

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Al comienzo de este mes, no imaginé que la historia oscura se volvería de esta manera, para empezar mi pequeño hijo al que había tratado de ignorar por tanto tiempo comenzó a vivir conmigo, unos días después, su padre, el alfa al que le guardaba tanto rencor apareció de nuevo en nuestras vidas, ahora siendo una persona completamente diferente, mucho más madura que cuando lo conocí, y cuando quise darme cuenta, Boo y él ya se conocieron, me imaginé esa escena muchas veces y siempre terminaba mal, pero al contrario todo salió demasiado ¿bien?

NamJoon el alfa por el que había llorado noches enteras, volvió, confesando otra vez su amor y los engaños de nuestros padres para que nos separemos definitivamente, sigue siendo demasiado pronto para mí, aún no asimilo todo lo que ha pasado pero...

Ver a Boo riéndose así...

Sus hoyuelos aparecen...

Y su carcajada nos envuelve en tan hermoso sonido...

Mi corazón suena fuerte, sus ojos dorados me observan, sus pequeñas manos se acercan a mi rostro.

–¿Papi, puedo comer ota galleta?  – su dulce voz me hace querer abrazarlo con fuerza. Él se ve adorable.

– claro que sí – contesta el albino totalmente encantado con la actitud adorable de su hijo – puedes comer las galletas que quieras – el cachorro albino sonrió muy grande y tomó otra galleta sentándose en el regazo de su padre.

– comer demasiadas galletas le hará mal, esta será la última – los dos de ojos dorados, me observaron con un puchero en sus labios.

Debo poner limites o estos dos acabaran conmigo.

– pero papi... – refutó el pequeño – estas galletas, las tajo papá pada Boo, debo comelas todas o se pondan feas ¿vedad?– inclinó su cabeza hacia atrás y observó al mayor, quien cubrió su boca tratando de que no se viera su sonrojo. Sí, Boo realmente era adorable y tenía demasiadas respuestas inteligentes para su corta edad.

Me levanté del almohadón del cual estaba sentado y fui directo a la cocina, buscando la leche para bebés.

Recuerdo que solía darle el pecho pero sólo hasta que tuvo tres meses, fui tan egoísta, volví a casa de mis padres para ese tiempo y entonces Soo tuvo que darle mamadera. Privé a Boo de muchas cosas, incluso algo tan hermoso como eso, conectar con tu bebé dándole el pecho debería ser una experiencia hermosa pero yo... no podía disfrutarlo, lloraba todo el tiempo, no podía vincularme con él.

Ah... que idiota... me irrito cada vez que lo recuerdo.

Una vez que preparé su mamadera, volví al living, donde Boo seguía siendo mimado por el alfa.

– ¡mema! – gritó con entusiasmo, dejando de prestar atención al moreno, por alguna razón, él se volvía obediente con su mamadera.

– siéntate bien – cuando dije aquello, el pequeño se sentó adecuadamente en el sofá y esperó sumiso, me acerqué y entonces le entregué su mamadera, la cual admiraba con devoción. Acaricié su cabeza y le sonreí, sus mejillas se volvieron color carmín, se vio aún mas adorable si eso era posible.

– ¿NamJoon, puedo ofrecerte un café? – él asintió con una sonrisa amable y entonces volví a la cocina. Serví dos tazas pero en una le agregué leche, volví a la sala con ambas tazas y  las coloqué en la pequeña mesa, llevé la taza a mi boca pero ni siquiera llegué a probar la bebida.

– mis padres volverán a Corea – comentó sin expresión y a mí me comenzó a temblar el cuerpo, dejé la taza en el plato y lo observé.

Sus padres... esas personas...

Enlazados - NamJin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora