La vida de Sakura, trás la muerte de su madre, el mismo día en que su tía es asesinada y ponen una bomba en su casa, da un giro inesperado. Y pronto tendrá como tarea encontrar un lugar dónde pasar la noche.
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MIÉRCOLES; 8:05 P.M
_No... Por favor -la chica miró con horror como el cuchillo era acercado a su rostro. Moriría en aquella habitación oscura y nadie podría evitarlo.
Una mujer oculta entre las sombras gritó desesperada. Muros invisibles le impedían acercarse y proteger a su hija.
El hombre que sostenía el cuchillo detuvo la punta de la hoja a centímetro de su entrecejo. Los ojos de la chica temblaron del miedo y él se inclinó hacia ella.
_¿Sabes cuánto tiempo llevo buscándote? -Una fina línea de sangre apareció en el rostro de la chica, cuando el hombre le acarició la mejilla con la hoja de el cuchillo. Su rostro a centímetros de el de ella.
_No me hagan daño, por favor... -suplicó mientras gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas en curvas.
_Lo siento... -El hombre le limpió las lágrimas de una mejilla, su brazo silenciosamente moviéndose hacia atrás empuñando el cuchillo cuya punta brilló amenazante-. Pero debes morir.
La chica soltó un grito ahogado, sus ojos agrandados ante la sorpresa que rápidamente fue reemplazada por un dolor indescriptible. Mientras, la mano de el hombre empujaba más a fondo la hoja del cuchillo.
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_¡Sakura! -Midori se sentó sobre la cama, sus ojos desorbitados, y su cuerpo y corazón bañado en sudor y acelerado. Había sentido la pesadilla tan real que su cuerpo temblaba aterrorizado.
