III

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8:12 A.M

Un chico, con las manos dentro de los bolsillos de sus pantalones, observó impasible el aterrizaje en la pista. Había llegado justo a tiempo para presenciar su llegada.

La puerta del avión privado descendió. Un par de chicos comenzaron a descender; y una vez tocaron suelo, no dudaron en acercarse al muchacho que seguía imperturbable con las manos metidas en los bolsillos.

_El viejo ordenó que los lleven a la casa -señaló un auto negro blindado detrás de él.

El par de chicos recién llegados compartieron miradas cómplices y asistieron hacia el muchacho. El chófer del auto les abrió la puerta.

Uno de los chicos, antes de ingresar se detuvo unos segundos para mirar al muchacho. Una sonrisa se deslizó en sus labios.

_Has crecido mucho, Sasuke -palmeó su hombro y entró al auto, el chófer cerró la puerta. El muchacho quedó impresionado por unos cortos segundos a un lado del chófer, entonces, una corta sonrisa apareció en su rostro. Rodeó el auto e ingresó en él sentándose de copiloto. Entonces, cuando el chófer se hubo colocó delante del volante, el vehículo dejó atrás la pista de aterrizaje.

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8:42 A.M

Todo era un caos.

Había 7 heridos, 30 muertos, 6 casas afectadas por la explosión, 4 se reducían completamente a cenizas y una gran expansión de tierra ennegrecida. Según la policía, esto había sido a causa de una bomba.

¿Quién puso la bomba? Curiosamente, nadie sabía. Nadie vio nada sospechoso. Nadie escuchó nada extraño. La casa de Midori Izanagi solo explotó y el fuego redujo todo de ella a cenizas.

Un oficial de la policía tomaba el testimonio de algunos vecinos. Los bomberos intentaban extinguir el fuego y rescatar los heridos. Varias unidades médicas los atendía y revisaba; y alrededor de 5 unidades policiacas retenía a los civiles detrás de una cinta amarilla.

Una mujer vestida de cuero negro ajustado contemplaba todo eso desde la lejanía, sobre una azotea de un edifio. El dolor de una pérdida se reflejaba en sus ojos. Se sacó el teléfono móvil del bolsillo interior de su chaqueta y entró a la bandeja de mensajes para ver el último que había recibido a las 8:15 de esa misma mañana:

<<CUIDA DE SAKURA>>, se leía en pantalla. Esa había sido la última voluntad de Midori antes de volverse cenizas.

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2:56 P.M

La plasma colgando en la pared del restaurante estaba encendida. Una reportera hablaba sobre una explosión que había ocurrido en alguna zona de la ciudad aproximadamente a eso de las 8:35 de la mañana. Casi todos los clientes del establecimientos prestaban atención a dicha información mientras los camareros serpenteaban entre las mesas atendiendo a los clientes.

Una chica, con el cabello verde y los ojos naranja, desde el otro lado de la barra, exclamó un pedido. Una camarera, que estaba desocupada, se acercó de prisa hacia la barra.

_¿De qué mesa es el pedido? -preguntó.

_Mesa 5 -dijo la chica de la barra. La camarera asintió y se dirigió hacia la mesa.

Otra camarera se acercó a la barra y se apoyó en ella dándole la espalda mientras le echaba breves vistazos a todas las mesas por si algún cliente necesitaba de sus servicios. La chica de la barra se acercó a ella con una sonrisa pintada en los labios.

_¿Qué te parece la nueva?

_Aprende rápido -dijo viéndola hablarle y sonreirle a los clientes con amabilidad.

_ A mi me parece que ya sabía desde antes.

La puerta doble del restaurante se abrió. Una chica entró y serpenteo entre las mesas dirigiéndose hacia el cuarto de servicio.

_Bueno, parece que mi reemplazo ya ha llegado -dijo la chica de la barra.

Un hombre mayor salió del pasillo que conducía a la oficina, los cuartos de servicio y los baños del restaurante. Su expresión era seria y casi intimidante. Hizo una seña hacia una de las camareras para que se acercara. La nueva, que en ese momento se dirigía a recoger unas bebidas para depositarla en una mesa, la captó. Una nerviosismo e inquietud surgió en su pecho.

Él estaba llamándola a ella.

Un camarero se le acercó. Tenía el cabello color marrón y unos clarísimos ojos color verde con matiz marrón.

_Yo me haré cargo de esto -tomó la bandeja con las bebidas y preguntó a la bartender a qué mesa pertenecía, antes de alejarse hacia su destino.

La nueva, tragando saliva, se dirigió hacia el hombre.

_Seguro que se queda con el puesto -aseguró la otra camarera a la chica de la barra mientras la nueva se adentraba con el hombre en el pasillo.

_Es buenísima. Claro que se quedará con él.

Una vez que el hombre abrió una puerta y entraron a la oficina, se sentó detrás de un escritorio de madera. La inquietud todavía no desaparecía. Sakura se le quedó viendo nerviosa parada a un lado de la puerta. ¿Había hecho algo mal? ¿Le diría que se marchara y nunca regresara?

_No pareces ser novata en esto, Sakura Izanagi, ¿habías trabajado con anterioridad como camarera? -dijo el hombre haciéndola salir de sus cavilaciones.

Sakura parpadeó confusa ante su pregunta. ¿Él la había estado observando?

_Sí, cuando aun vivía en Miami.

_Entiendo -El hombre guardó silencio unos segundos que le parecieron eternos a Sakura-. El puesto es tuyo.

El corazón de la joven se saltó un latido. Miró medio sorprendida al hombre.

_¿En serio? -sus ojos se iluminaron.

_Tu horario es de Lunes a Sábado. Tienes el domingo libre. A la misma hora que llegaste y te vas hoy será tu hora de entrada y salida.

¡Era suyo! ¡Había conseguido el puesto! Emocionada por su logro, Sakura inclinó la cabeza agradecida.

_Muchísimas gracias. Prometo que no se va a arrepentir.

_Eso espero -le dijo el hombre. Le echó un vistazo al reloj que colgaba en la pared de la oficina. <<3:03 P.M>>, marcaba-. Trae tu currículum para mañana. Puedes irte por hoy a casa.

_¡Sí! -la joven asintió entusiasmada, antes de abandonar la oficina.

El pasillo estaba desierto. Sakura abrió la puerta del cuarto de servicio. La chica de la barra le sonrió. Se había sacado el uniforme de trabajo y tenía un aspecto informal.

Cerró un casillero.

_¿Qué tal te fue con Roshi?

_Me dio el puesto.

_¡Eso es genial! Soy Fuu -le tendió la mano.

_Sakura -se presentó la joven estrechando manos, sonriente.

_Espero que nos llevemos de maravilla a partir de hoy, Sakura -le echó un vistazo al reloj que colgaba en la pared de cuarto de servicio-. ¡Oh, cielos voy tarde! ¡Nos vemos mañana!

_Nos vemos -Fuu abandonó el cuarto de servicio. Sakura abrió un casillero que a partir de ese día seria suyo burbujeando de alegría; sacó sus prendas y comenzó a vestirse.

Su madre se pondría contenta cuando le dijera que le habían dando el puesto.

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⏰ Última actualización: Apr 06, 2020 ⏰

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