En una serena noche, el silencio fue abruptamente roto por el choque apasionado de dos almas en colisión.
La habitación estaba salpicada con prendas de vestir arrojadas descuidadamente por el suelo.
Los suspiros entrelazados llenaban el espacio, creando una melodía íntima y ardiente.
Sus manos se aferraban a sus caderas mientras cada embestida resonaba con fuerza, y ella se aferraba a las sábanas como a un ancla en la tormenta.
Los brazos de ella flaquearon, y su rostro encontró refugio en las suaves almohadas.
Así continuaron, perdidos en la pasión, a lo largo de la noche que parecía eterna...
"Por favor, dime que me amas", susurró ella, vulnerable.
Él quedó sumido en un silencio que se extendió como un abismo, acompañado por sus gruñidos tenues mientras sus últimas embestidas encontraban su clímax. "T-te quiero", logró articular finalmente.
*Quizás solo son palabras vacías*, pensó ella, luchando contra sus pensamientos.
Antes de que el nudo del placer los envolviera por completo, él se retiró abruptamente, quedando fuera de ella.
Se recostaron, buscando recuperar el aliento. Ella anhelaba su cercanía, pero sus intentos de abrazo quedaron sin respuesta.
.
..
...
La noche cedió ante los primeros rayos de sol, que se colaban a través de las ventanas entreabiertas.
Ella abrió los ojos y se encontró con el techo, una mirada que evitaba dirigir hacia su costado. Temía, temía enfrentar lo que intuía.
Poco a poco se incorporó, una sensación de vacío la envolvía, y su agarre en las sábanas era tanto por recato como por consuelo.
Cuando finalmente volvió la mirada, su corazón se hundió. La otra mitad de la cama estaba desierta, él ya no estaba allí.
Sus dedos se aferraron aún más a las sábanas, como si pudieran aferrarse al recuerdo de su presencia. Las lágrimas comenzaron a fluir, revelando la vulnerabilidad que tanto trató de ocultar.
Ella lo sabía, siempre lo supo en lo más profundo de su ser, pero había preferido ignorarlo. Albergaba la esperanza de su regreso, de que él volvería, para que juntos finalmente encontraran la felicidad que anhelaban.
El destino seguía siendo incierto, pero su corazón se aferraba a la esperanza, como una llama frágil en la oscuridad de la incertidumbre.
ESTÁS LEYENDO
EL AMOR DE UN OMEGA - Rayis X Sanemi Y Muzan
General FictionHISTORIA RETOMADA, EDITANDO CAPITULOS. Un mundo donde los Alfas, Omegas y Betas existen, a la edad de 8 años se determina el segundo genero al que uno pertenecerá. Rayis, Sanemi y Muzan serán los principales protagonistas.