HISTORIA RETOMADA, EDITANDO CAPITULOS.
Un mundo donde los Alfas, Omegas y Betas existen, a la edad de 8 años se determina el segundo genero al que uno pertenecerá.
Rayis, Sanemi y Muzan serán los principales protagonistas.
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Narra narradora
Hoy marcaba una jornada importante para Vallolet, quien tenía planeado observar de cerca los entrenamientos que cada Pilar impartía a los cazadores bajo su tutela.
Su primera parada fue el campo de entrenamiento de Uzui Tengen, el Pilar del Sonido. Allí fue recibida calurosamente por las tres esposas del Pilar, quienes mostraban gran alegría por la visita de la albina.
Vallolet observó cómo los jóvenes cazadores se esforzaban en correr largas distancias, solo para terminar desplomados en el suelo, exhaustos.
- ¡Más rápido! ¡Más rápido! - Gritaba Uzui, frustrado. - ¡No tengo idea de qué están haciendo! ¡Su resistencia es patética! ¡No están haciendo más que correr en círculos! ¡Si continúan así, ni siquiera podrán soñar con derrotar a una Luna Superior!
Los jóvenes cachorros yacían en el suelo, agotados.
Vallolet se acercó con calma, tratando de infundir tranquilidad.
- Tranquilo, Uzui - Dijo, acercándose a él y a los jóvenes. - Debes sonreír más.
Uzui asintió, algo inquieto por el cambio en el tono de la conversación.
- Sí, Vallolet-sama.
Vallolet sonrió con benevolencia.
- No es necesario tanta formalidad. Solo llámame Vallolet.
Uzui, sorprendido por la solicitud, aceptó con un leve titubeo.
- Sí... Vallolet *///*.
Juntos se acercaron a los jóvenes cazadores, y Vallolet extendió su mano, rodeándolos a todos con cálidas llamas blancas.
- Mis niños, esto será difícil, pero deben esforzarse. Estoy segura de que lo lograrán. - Dijo con dulzura, regalándoles una sonrisa tranquilizadora. - Estas llamas pueden no curarlos por completo, pero les brindarán alivio. Esfuércense mucho, mis niños.
Los jóvenes, con lágrimas en los ojos, abrazaron a Vallolet y prometieron hacer su mejor esfuerzo.
Uzui, aprovechando la oportunidad, interrumpió.
- Vallolet, ¿no tienes hambre? Mis esposas han preparado algo de comida.
Vallolet asintió animadamente.
- ¡Oh, sí! Tengo un poco de apetito. Nos volveremos a ver, cuídense mucho.
Mientras Vallolet se retiraba, los jóvenes prometieron continuar esforzándose. Sin embargo, Uzui mostró una expresión oscura a los cazadores, pues no le agradaba en absoluto ver cómo se acercaban tanto a Vallolet.
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