Prologo: Over

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Yhtill

Una pequeña chispa, otro momento, un enorme resplandor, una conflagración que consumía con rapidez una pequeña parte de la ciudad de Carcosa, y parada en medio de un enorme circulo que era solo escombro y cenizas, una mujer en un vestido largo con capucha azul oscuro, costurado con símbolos extraños, llevaba puesto un collar de huesos con el cráneo de un cuervo, de su cinturón colgaba un par de dagas, una grande y una pequeña, también con una llave de plata, ella observo sus alrededores, no con miedo pero con odio y fría determinación el paisaje de Carcosa, la arquitectura alienígena de los edificios que estaban torcidos y deformes, que asían un diseño como de una gigantesca telaraña, los seres que asían este lugar su hogar, pero lo que más odiaba era a su monarca, ella lo destruiría, lo volvería cenizas, esto ella estaba convencida.

Y lentamente comenzaron a rodearla, saliendo del humo y las cenizas, 3 extrañas aberraciones, que comenzaron a atacarla implacablemente con un rugido de rabia, una de las criaturas que era semejante a un oso con jabalí y araña, llega corriendo para atravesarle el torso con un zarpazo de una de sus 8 garras, pero ella se agacha y se mueve a un lado con gracia y precisión, después al estar a la espalda de la criatura, le apunta con la palma de la mano derecha y el monstro combustiona espontáneamente, y otro momento después solo queda cenizas, el segunda criatura también explota en fuego al tratar de atacarla con una carga, al voltear a ver su siguiente oponente, ve que este fue humano o humanoide, por las mutaciones y deformidades, ella se imaginaba como algo levemente semejante al de un escorpión, con una babosa, la criatura estaba esperando por el momento para atacar, sus ojos reflejaban una fría astucia de animal, pero la anciana comienza a susurrar en malicia -bekoreth... y de repente aparecen miles y miles de insectos voladores nativos de ese lugar, el enjambre rodea a la aberración, y con un tronido de sus dedos, atacan al monstro, trata de quitárselos de encima pero los insectos se meten por el hocico y ojos, a pesar de todo el azotamiento y resistiendo, muere ahogado en insectos, la anciana se quita la capucha mostrando su cabello de invierno blanco, peinado en un bollo, con un rostro delgado y pálido lleno de arrugas, la expresión en su rostro era como si tuviera un ceño permanente, su ojo derecho es solo una cuenca vacía, tapado por el delgado velo de su parpado, mientras el izquierdo es un completo opaco amarillo, sin seña de la iris, levanta su mano izquierda, estaba envuelto en un vendaje del mismo material y color que el vestido, con la otra mano lo desenvuelve, mostrando que no tenía dedos o pulgar, lucia como si fueron cortados completamente con algo filoso, se le miraba el musculo y el hueso de los tocónes de sus dedos, pero no había sangrado, después desenfunda la daga pequeña, era muy filosa y delgada, y encaja la daga en la palma de la mano izquierda, inhalando fuertemente entre sus dientes quita la daga y la guarda, después de unos momentos de observar como su sangre fluya por la herida y como rápidamente la herida comenzaba a curarse, ella susurra -Sikich..., y comienza a levitar un par de metros del suelo, cuando de repente comenzó sentir como si la gravedad aumentara exponencialmente y la mujer azota, le toma mucha fuerza pero logra levantarse solo para sentir como se movía el suelo, pero ese no era el caso, ella perdía rápidamente fuerza en sus piernas, y cae de rodillas, comenzó a sentir la presencia de quien buscaba, era total y aplastante, al levantar la vista, la entidad apareció enfrente de ella, -Hastur... la anciana susurro el nombre con despecho y asco, ese ser estaba vestido en trapos antiguos de color amarillo que lo cubrían por completo excepto su rostro que era cubierto por una fina máscara plateada, la mujer trato de levantar la palma de su mano para atacar a la criatura, pero no quiso reaccionar, al voltear a sus manos, se estaban derritiendo como si fueran cera, -¡¿Crees que me has ganado maldito bastardo?!, miro sus piernas y también se estaban derritiendo, fusionando a su cuerpo, ella estaba perdiendo su forma humana, volviéndose una masa inerte de órganos y piel, no moriría, Hastur jamás le daría ese alivio, ella tenía que pensar rápido.

La Bruja y el Boxeador: NovatoWhere stories live. Discover now