Ese día se veía todo gris, todos iban de ese color, un par de niños en el parque de la plaza y uno que otro enamorado estaban de colores, pero no más.
Paulo se sentó en una de las bancas del parque con el paraguas cerrado en la mano mirando a Oliver sentarse a su lado, triste y gris.
–¿Cómo te sientes?
Oliver lo miró y se señaló con las manos.
–Sí, perdón, pregunta estúpida...
–Odio estar así.
Se iba a levantar pero Paulo puso su mano en el hombro del pecoso.
–No siempre el gris es un color malo –Oliver rodó los ojos, fastidiado de la misma frase de siempre– A veces es bueno estar gris
–Date cuenta de que dices eso todos los días, si lo repetirás al menos modifica un poco la oración.
Los colores de Paulo se opacaron, pero él lo ignoró, tomó la mano de Oliver y suspiró.
–A veces estar triste es bueno –Aclaró– No puedes ir por la vida feliz de todo
–Quisiera –Dijo Oliver soltando la mano de Paulo.
El de traje miró al cielo y notó como se comenzaba a nublar.
–Mira, lloverá
–Genial, el cielo ahora también estará gris...
Paulo lo miró un momento con el ceño levemente fruncido y Oliver se cruzó de brazos.
Una gota cayó en la nariz de Paulo y el sonrió.–Bien, deberíamos ir a casa
–Sí, tal vez...
Ambos se levantaron y Paulo abrió el paraguas para luego caminar tomados de las manos de regreso a la casa de Oliver, entre tantas personas que corrían de un lado a otro intentando cubrirse de la lluvia que rápidamente se acrecentó y otras tantas que caminaban tranquilamente con impermeables puestos o paraguas en manos, Paulo se soltó de Oliver.
Se detuvo mirando alrededor alarmado y de pronto algo tomó su mano pero apenas logró ver que era.–Perdón, me atoré allá atrás con unas personas
Oliver apenas se notaba, se veía traslúcido.
–Oliver... ¿Te encuentras bien?
–No importa, ignóralo y vayamos a casa
En el pecho del pecoso el gris iba disminuyendo, dejando solo un hueco transparente.
–Supongo que no quieres hablar...
–No, de momento no –Dijo bajito.
Paulo se mordió el labio inferior preocupado y siguió su camino notando como Oliver cada vez se sujetaba más fuerte. Lo miró un momento, algunas partes de su cuerpo eran grises, otras traslúcidas y otras más eran transparentes, se detuvo en seco.
–¿Paulo...?
El de traje sujetó a Oliver de la cintura con una mano y lo atrajo hacia él rápidamente para besarle. De inmediato los colores volvieron a Oliver, en su mayoría eran opacos, menos aquel rojo intenso en sus mejillas.
–Al menos eso te mantendrá un poco mejor un rato antes de llegar a casa –Dijo Paulo sonriéndole una vez se había separado de Oliver, volviendo a tomar su mano.
El pecoso asintió atontado y siguió a Paulo.
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El cuento de hoy...
Random"Me pregunto que sucederá..." OS′s cortos, varios BL Advertencia: Contiene textos que mencionan sangre, asesinatos, suicidios, desmembramiento, desollamiento, depresión, transfobia, etc.