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PRÓLOGO

PRÓLOGO

—Señora Kim, el fotógrafo quiere verla. —el tono bajo de su voz hizo que la mujer apartara la vista de la tableta frente a su rostro. 

—Hazlo entrar, por favor. —pidió. 

MiYoung siempre ha sido una mujer fuerte, nunca dejó que nadie se interpusiera en sus planes al triunfo, no importaban lazos sanguíneos, o el cariño que podría tenerle a otras personas, lo que a ella más le importaba era, en simples palabras, el dinero. El día de su boda lo tenía más que claro, la persona que la besó no era más que un bueno para nada, y lo odiaba. Su linaje era sagrado, proveniente de una de las familias más grandes de toda Corea, sabía que al crecer debería casarse con un hombre igual de rico, tal vez, un CEO, o hijo de un político importante. De cualquier forma, nunca tuvo la intención de amarlo. La primera vez que lo vio pudo notar su vanidad, alardeaba de lujos, joyas, carros, propiedades, pero no había ni un grano de cerebro en su cabeza. 

Para su suerte, él se estaba por casar con una mujer con cada buena cualidad que lo sacaría de la miseria a la que se avecinaba. 

TaeHyung era el hijo primogénito del CEO de Kia, por lo tanto, estaba en su deber algún día tomar el mandato de la empresa multinacional que su abuelo con tanto esfuerzo fundó. Sin embargo, el primer año que fue colocado como Director, la empresa se vio afectada enormemente por sus malas decisiones y gastos estúpidos, no fue mucho hasta que se descubriera la desviación de fondos. Usaba el dinero en prostitutas, clubes de noche, y hoteles en el extranjero para sus amantes. 

MiYoung no podía seguir tolerando eso, pasó cinco años atada a ese bueno para nada con la intención de ser vista por los medios como la esposa de un gran hombre, ¡Y su imagen está siendo manchada! Hace sólo una semana se comenzaron a difundir por Internet fotos de TaeHyung al lado de una mujer, el equipo de comunicación salió a aclarar que se trataba de una pariente. Pero no lo era. Con todo el escándalo fluyendo, ella no podía seguir accediendo a las inmadureces de su esposo, tenían un hijo de apenas dos años, ¿Esa era la familia que quería para él? Claro que no, no le daría nada más que lo mejor. 

Por lo mismo, en uno de los tantos viajes de TaeHyung a, según dice, Estados Unidos para una reunión con los accionistas, MiYoung decidió llegar a las instalaciones de Kia y posicionarse en su oficina. En la tableta observaba la información que sólo el CEO tenía permitido. 

Iba a ser la nueva Jefa, y ellos aún no lo sabían. 

Una melena castaña entró por la puerta, con timidez y su mirada en el suelo camino al escritorio del centro. El lugar le parecía gigantesco, con sus vidrios simulando pared, los sofás y los muebles costosos era algo que él nunca había visto. Sobre todo, esa mujer. 

—Buenas tardes, Señor Park. —saludó, su sonrisa amable lo hacía sentir un poco más tranquilo— Puede tomar asiento. 

—Hmh, gracias. —se sentó, y el jodido asiento era demasiado cómodo.

—Sé que estará preguntándose por qué lo llame aquí. Pero primero, me gustaría presentarme: Soy Kim MiYoung, la esposa de Kim TaeHyung, el Director de Kia. 

Ciertamente, ya la conocía, todo el mundo en Corea lo hace. Su rostro es lo primero que ves en las noticias, todo de ella se vuelve famoso, la ropa de marca que utiliza, sus peinados, su manera de hablar o caminar que desprende una elegancia nata, es maravillosa. Las razones que tiene JiMin de estar ahí puede imaginarias, y no son nada buenas. 

—Y-Yo… lo siento por haber publicado esas fotos, no era mi intención molestarla… —comienza a disculparse lleno de terror. 

—No me molesta. —la escucha decir, una de sus delgadas piernas se sube sobre la otra, su falta de tubo es estirada, y por consecuencia, muestra un poco más que antes. Sus ojos varían de aquella pequeña acción, de sus tacones, hasta su rostro— JiMin, ¿No? —asintió— Bien, JiMin. Estoy muy asombrada por tu trabajo, lograste sacar una foto tan buena incluso a altas horas de la noche, en un lugar peligroso sin que nadie se diera cuenta. Eres bueno en sacar fotos, ¿Te gusta hacerlo? 

—S-Sí. —no logra entender a dónde es qué va el asunto. 

—Verás, JiMin. Estoy interesada en contratar tus servicios. 

—¿Mis servicios? Como… ¿Ser su fotógrafo? 

—¡Exacto! —aplaudió alegre, todas esas emociones parecían verdaderas y falsas al mismo tiempo— Necesito de alguien quien saque fotos cada que yo lo necesite, ¿Qué opinas de trabajar únicamente para mi? Sé que necesitas el dinero, eres recién graduado.

La foto que vendió del Señor Kim había sido una gran ayuda, ganó unos, aproximadamente, dos millones de won. Dispatch quería ser el único medio que logre tener la exclusiva. Pero el dinero podría acabarse algún día, y teniendo en cuenta las deudas de su madre, sería pronto. Tener la oportunidad de trabajar para una mujer como Kim MiYoung le sabe a peligro, no entiende la razón, ella parece amable. 

Es misteriosa. 

—¿De cuánto hablamos? 

—Diez millones por cada foto. —dijo, a JiMin parecía salirse el corazón de su pecho, era mucho dinero, ¿Y por foto? ¡Sería rico!— ¡Eun! —gritó sutilmente, las puertas de la enorme oficina fueron abiertas y la misma mujer que lo fue a buscar ingresó con una hoja en su mano, la misma fue puesta en la mesa, frente a él. MiYoung le extendió una pluma— El contrato es confidencial, nadie más que nosotros debe saberlo. 

Tragó saliva— ¿Por qué debería mantenerlo en secreto? 

—No son simples fotos, JiMin. Se trata de seguir a una persona.

—¿Quién? 

—Mi marido.

ACLARACIONES:

- lenguaje vulgar
- coloqué 'contenido maduro' debido a las palabras que utilizo, no porque haya sexo explícitos, puercas >o<