Capítulo 1 - Sonrisa simple: Parte I

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Tengo la sensación de haber vivido esto antes, un dejavú, como si antes ubiera caminado esta acera agrietada con mis botas cafés, en la misma noche. Creo que es causa de los nervios. Voy a mi primera clase de la validación. Espero poder hacer algunos amigos allí, o ¿quién sabe? Hasta pueda que conozca el amor de mi vida... Je, supongo que ya es mucha fantasía. Debo parecer alguien genial por lo menos, aunque a mí se me dificulta, ya que siempre que entablo conversación me pongo a decir tonterías... o simplemente pienso mucho mis palabras y lo arruino.

Llego con un terrible frío en las manos. Hoy hace tanto frío que llega a notarse cierta niebla en el aire, no se nota mucho pero sí que se siente. A la entrada está el celador, y en cuanto me acerco me da mi carnet estudiantil. Vaya... creo que salí con tremendas ojeras en esa foto y hasta ahora lo noto, pero ya es normal. Camino intentando relajarme, sé dónde está mi salón, ayer cuando traje mis papeles me han mostrado el mismo. Lo que no conozco son las personas. Mis manos siguen frías, aún después de entrar al salón. Cierro la ventana a la espalda de mi puesto, la que da al jardín, luego me siento antes de que todos lleguen. Ya hay algunas personas, así que no tengo de qué preocuparme. Traje dos cuadernos en blanco, ya que las clases son de dos horas; una clase a las 6:30 pm, descanso a las 8:00 pm, y la última clase comienza a las 8:20 pm y se termina a las 10:00 pm.

-Permiso -Dice un chico intentando pasar entre mi puesto y el suyo para sentarse (ya que la silla tiene integrada un soporte enfrente remplazando la mesa).

-Oh... Perdón... -Digo en un intento de ser educado con mi torpe hablar y aparto un poco mi puesto.

-No te preocupes -Me tutéa el chico haciéndome sentir algo incómodo, para luego sentarse y sonreirme.

Quedo, por la misma incomodidad, en un horrible silencio tan frío como está la noche. No puedo evitar verlo después de algunos segundos por curiosidad. Está buscando en su maleta. No había visto antes un chico con un flequillo que le tapase los ojos, e incluso casi su nariz. La verdad nunca he visto un hombre con flequillo... y que además le quede bien. Se nota a lenguas que este tipo es gay. Agarro mi maleta con cautela para que no se de cuenta de que me iré, pero de repente gira la mirada hacia mí.

-¿Tienes calor? -Me pregunta con mirada expectante.

-¿Qué? -Me toco las mejillas notando que estoy sonrojado. -Oh... sí, sí... -Respondo mucho más nervioso que antes.

-¿En serio? Yo tengo un frío que siento que se me caen los dedos.

-... Sí, yo también tenía mucho frío, pero aquí ya está más caliente -Tapo mis mejillas para que no se de cuenta que me ha hecho sonrojar.

-Eso creo.

No le contesto ya nada. Los demás compañeros entran en cuanto el profesor hace presencia en el salón. Al fin descanso de ese extraño momento.

En medio de la clase golpean la puerta, el profesor abre y hace pasar a dos estudiantes con los refrigerios. Ellos dejan la canasta plástica con los refrigerios en la parte libre del escritorio del profesor y empiezan a repartirlos. Hace mucho no comía uno de estos, recuerdo que me los regalaban todos mis compañeros cuando estudiaba por la tarde, supuestamente para que yo engordara, como si unos refrigerios bastaran.

-¿Cómo te llamas? -Pregunta el chico a mi lado, y vuelve a hacerme sentir algo raro.

-Soy A... Frederick... ¿Y tú? -Respondo y luego pregunto, más encima tuteando. ¡¿Qué sucede conmigo?!

-Tomas -Responde mientras destapa su bolsa de refrigerio. -¿Podemos comer el refri juntos?

-Pero si aún no acaba la clase.

PsicosisWhere stories live. Discover now