Capítulo 1 (remasted)

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– Bien, ahora comenzaré a grabar de nuevo. Emmm, toma cuatro, creo, de lo que sea que esté haciendo. Aquí voy... -enciendo la cámara y me acomodo en el sofá que se encuentra frente a ella mientras verifico que mi intento de trípode se encuentra estable(si esa cosa llega a caerse, seré historia), mientras tengo la vista fija al frente de mí, voy dejando mi guitarra a una lado mío y empiezo- Hola, ¿qué tal, pequeña?, luego de tanto tiempo al fin puedo decirte: ¡feliz primer aniversario!, después de rondar por horas como loco en mi habitación, llegué a la conclusión de que no sabía qué hacer para ti, así que mi fantástica idea fue grabar esto, no es lo la fabuloso que se me ha pasado por la cabeza en todo este tiempo y sé mi cara no es lo mejor que hay, pero por ahora te tendrás que conformar, -Hago una pequeña pausa. Respiro, inhalo y exhalo, inhalo y exhalo, debo concentrarme en lo que diré-. Genial, ¿no?, has logrado "soportarme" todo este tiempo, ¿Cómo lo has hecho?, esa es una excelente pregunta. – se dibuja una pequeña pero pendeja sonrisa en mi rostro mientras por mi mente aparecen varias imagines, disparadas unas tras otras, cada una es de algún momento donde hemos pasado juntos, desde mi pésima presentación hasta cada serenata mal hecha que le he dado, algunas más malas que otras, pero en cada una de ellas estuvo su sonrisa. – Me tiemblan las piernas justo en este momento, es gracioso, pero pensar en que luego estarás mirando esto me hace poner nervioso, ha pasado ya tanto tiempo y aún logras ponerme así, ¡eres increíble!

La verdad... *silencio*.

Genial, iba tan bien y tuve que olvidar lo que diría justo ahora, pensé que ya lo tenía controlado.

– ¿En serio, bro?, no era tan difícil continuar hablando de lo que sentías. – Will, amigo mío desde el preescolar y un esqueleto andante con un peculiar cabello canoso, estaba observándome desde las escaleras que conducen a la sala, con sus manos puestas debajo de su mentón y sus codos sobre la barandilla de las escaleras.

– Espera, ¿Cuánto llevas aquí?, pensé que habías ido a tu casa a ver tu guitarra.

– Ibas tan bien, ya me estabas conquistando, ¿qué pasó? – se percibe ese amargo sarcasmo en sus palabras, adora molestarme, es como un hermano menor... Pero más tolerable, solo un poco. – Y llevó aquí desde el principio, había ido por mi guitarra, pero recordé que estaba acá arriba en tu cuarto, no se me había pasado por la mente que la tuviste todo el fin de semana. Buena jugada, me querías lejos para poder grabar

– Bien, entonces vámonos y mejor cállate, puede que no lo parezca, pero es complicado.

– JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA, ¿y eso por qué?, no es como que sea la primera vez que le dirás algo, es penoso que aún te atropelles con tus propias palabras cuando se trata de ella, más cuando ya han pasado tanto tiempo juntos.

– Tsss, ¡ya, ya!, lo intentaré luego, se nos hace tarde y el ensayo es dentro de 30 minutos y la parada más cercana está, justamente, a casi 30 minutos. A menos que tú seas quien pague un taxi hasta allá, debemos apurarnos en agarra el autobús y rezar para que el último turno no se nos pase.

– De acuerdo, Romeo, luego podrás decirle todo lo que quieras a tu tomatito-, Will me lanza besitos mientras pronuncia esa última palabra con una mayor lentitud, casi deletreándola.

– No empieces y mueve tu maldito trasero-, tomo mi guitarra, me aseguro de guardar mi billetera y me aseguro de cargar mis llaves dentro de mi mochila, no es agradable esperar 5 horas fuera de tu casa cansado hasta que algún alma piadosa se digne en aparecer, ya me ha pasado, no es bonito.

Amor de TomatitosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora