4 | ¿Eres la muerte o el paraíso?

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Detesta que se comporten de forma grosera con él, lo cual es ciertamente irónico cuando jamás ha tratado a nadie con gentileza, pero no soporta la actitud de superioridad que creen tener algunas personas. Cuando era pequeño, solía contradecir a sus maestros cuando cometían un error, lidiando con la actitud molesta y terca de algunos ante la observación. En ese entonces, no le importaba lo que piensen los demás —incluso sus padres—, simplemente era incapaz de mantener sus pensamientos para sí mismo y si creían que resultaba ser un malcriado, es cierto y no le interesa en lo absoluto si lo es. Posee una lengua afilada, un humor ácido incontenible y cero piedad, debe admitir.

Por eso, la primera vez que conoció al profesor Aizawa, sabía que iban a llevarse pésimo. Incluso ahora, tres años después, piensa exactamente lo mismo.

—No puedo expulsar a tu compañero solo porque sí, necesitas una razón concreta —dice el hombre, observando su rostro como si creyera que la situación entera resultaba absurda y aburrida, no le presta atención en lo absoluto y hace que se moleste, por supuesto—. ¿Entiendes que no hay habitaciones disponibles?

Es frustrante, el muchacho era un increíble compañero de habitación, respetando sus reglas —incluso las más absurdas— al pie de la letra y siendo agradable con él todo el tiempo. No podría quejarse de ninguna manera y duda que sea capaz de seguir comportándose de forma agresiva, no cuando su rostro brilla como un cachorro ilusionado cuando mantienen una charla, e intenta hacer que se sienta cómodo. Por eso, se resigna a retirarse de la oficina del profesor, soltando maldiciones y gruñidos por lo bajo mientras se dirige su siguiente clase, lleva tres minutos tarde y simplemente no es su estilo —pero no se considera un nerd, solo es una persona puntual y perfeccionista consigo mismo—, así que se apresura.

Luego de la última vez, el muchacho no se había despegado de su costado mientras el rubio lo permitiera, tomando asiento a su lado durante la mayoría de las clases y charlando en los recesos aunque no tuviera mucho éxito. Incluso le ha pedido en varias ocasiones que almuerce con él —y sus amigos, probablemente— en la cafetería. Tuvo suerte negándose de manera brusca durante las primeras veces, pero usó la excusa de que comía junto a Camie siempre, como una tradición. Desde ese entonces, no fue invitado de nuevo y tiene la teoría de que ahora el joven cree que su amiga no es más ni menos que su novia, lo cual es evidentemente erróneo, pero no se atreve a negarlo mientras ya no insista.

Kirishima sonríe desde su lugar, el banco justo al lado del escritorio que ya había marcado como suyo durante el primer día de clase. Nota que la profesora de biología aún no estaba allí, lo cual es un completo alivio —especialmente porque no se lleva bien con ella— y puede caminar hasta su asiento con la mejor expresión ofensiva que posee, el salón entero permanece en silencio, hace que se sienta un poco complacido. Minutos después, la profesora llega e inmediatamente comienza a hablar sobre algún tema que no le interesa, pero se asegura de hacer apuntes en su libreta a medida que la clase avanza. Usualmente, la mujer no utiliza mucho la pizarra, así que deben anotar los datos importantes que comenta y muchas veces los demás alumnos fallan, pero no Katsuki, tampoco le ha interesado ninguno de ellos.

—Qué frustrante —gruñe el muchacho de rojos cabellos a su lado, como si estuviese hablando para sí mismo. Cuando Katsuki observa su libreta al final de la clase, solo tiene algunas frases escritas e incompletas, al menos parecía haberlo intentado—. Al comenzar a escribir alguna cosa, ella está hablando sobre otro tema.

Katsuki piensa que podría ofrecerle sus notas —o aventar su libreta a su rostro si ser amable es un problema—, pero suena absurdo, lucha contra el impulso mientras la campana suena e inicia el segundo receso, diez minutos de descanso que apenas puede usar para ir al baño y luego regresar. La tercera clase es matemáticas, la cual está última en su escala de materias preferidas, pero no es malo en ello, de hecho, es considerado uno de los mejores. Sin embargo, no deja de resultarle aburrida, especialmente en las mañanas. El resto del salón tampoco parece muy entusiasta con la idea, pero el profesor llega puntualmente como todos los días.

Mystery of love | Bakushima.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora