6 | Quemar las penas.

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Cuando cae la noche, sabe que ha sido un día especialmente difícil, se siente tan cansado —en sentidos físicos y emocionales de la misma magnitud— que se derrumba sobre su vieja cama con un espeluznante chirrido. Aún oye de manera distante la voz de su madre reclamando por un saludo de buenas noches, aunque no podía permitirle más que un buen rato quitándole la dignidad con anécdotas ridículas durante la cena, frente a su invitada, a la cual ellos adoptaron directamente como, «el soporte de nuestro hijo» —duda que sea así— e incluso posible novia. Visitar a sus padres siempre fue agotador, o más bien, tratar con su progenitora consume sus energías ferozmente, ¿por qué culparía al pobre hombre que solo intenta aconsejarlo, hablar con tranquilidad y darle comida deliciosa? Sin embargo, debía suponer que sería peor cuando llevase a alguien a conocerlos, aún si resulta que la muchacha se había invitado por sí sola.

Después de cruzar la puerta, tenía entendido que se volvería un infierno —se ha estado preparando mentalmente desde que dejar a su amiga sola no parecía una opción factible— una vez que encuentra a su madre vestida con esa horrible blusa con la que suele recibir invitados especiales. De alguna manera, su padre es el único que les da la bienvenida correctamente, la mujer de ocupa de elogiar la belleza de Camie hasta que levanta mucho más su ego, apenas parece notarlo. Entonces el día se resume a algunos vergonzosos álbumes familiares mientras ayuda con la cena en la cocina, no se percata de que han estado compartiendo detalles penosos de su infancia hasta que la cena llega y debe detener los comentarios que tratan de ser indirectos acerca de sus aventuras con las cometas caseras.

Sin embargo, no es tan malo, su madre se comporta irritante como siempre e incluso se ha vuelto una costumbre —en su estadía dentro del internado, puede escuchar su voz gritando en sus oídos en ocasiones—, puede tener una conversación agradable con su padre en la cocina y, por suerte, no se topa con ciertas personas cuando debe salir por alguna verdura a un local cercano. Aún si no se encuentra con el peligro real, anticiparlo durante toda la estadía no fue agradable, lo gasta como a una moneda. No sabe cómo va a lidiar con el constante sentimiento de ser acechado, los meses de vacaciones de verano se volverían tortuosos.

Cree que está a punto de quedarse dormido —incluso antes de su rutina de aseo nocturno a la que dedica tanto tiempo—, cuando la puerta de su habitación se abre lentamente. De inmediato piensa que es su madre, quizás con deseos de seguir su reclamo, pero ella jamás entraría con tanto sigilo, entonces recurre a su padre tratando de charlas acerca de «asuntos de adolescentes» como siempre. Sin embargo, sus sospechas están equivocadas.

—Oye, ¿vas a dormirte tan pronto? —Suena a la voz de Camie, susurrando con tono divertido mientras se escabulle dentro de su habitación. Realmente le gustaría gritarle groserías, pero no tiene suficiente energía y sus padres sabrían que había alguien más dentro allí con él, solos, eso levantaría demasiadas sospechas.

—Si te ven aquí van a tener ideas absurdas. Lárgate, déjame dormir. —Intenta lucir tan intimidante como puede cuando sus ojos amenazan con cerrarse.

—No estoy cansada aún, me siento aburrida en la habitación de invitados y tus padres deben trabajar mañana, me da pena. Así que debes entretenerme —dice de manera despreocupada, arroja el par de almohadas en el suelo para tomar asiento allí.

Katsuki gruñe de manera audible y se siente capaz de ignorarla hasta que se resigne a pensar que no logrará nada, cierra los ojos, realmente lo intenta, hasta que se ve obligado a reaccionar cuando dos segundos de luz molesta iluminan su rostro antes inmutable. Acaban de tomarle una foto, se encuentra furioso.

—Tranquilo, es para Kirishima, acaba de preguntar por ti. —Camie se excusa entre risas, moviendo sus dedos rápidamente sobre la pantalla táctil de su teléfono celular. Iba a gritarle, probablemente delatarse a sí mismo, hasta que escucha la mención del muchacho de rojos cabellos y se detiene.

Mystery of love | Bakushima.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora