Nos estábamos acercando cada vez más. Era como si tuvieramos una barrera entre los dos. Cada vez estábamos más cerca pero en menos de un segundo mi cabeza empezó a reaccionar.
"Tiene novia" "Soy de California" "El es de Londres" "Esto es complicar las cosas" "Te hará daño" "Es imposible" "Quiere a Rachel"
A pesar de que me moría de ganas por besar esos labios perfectos, me sorprendí a mi mismo apartando mi cabeza. Solté mis manos de su cuello e intenté no mirarle a los ojos.
La lluvia seguía cayendo y caminamos completamente en silencio hasta su casa.
Soy totalmente tonta. Lo sé. Ahora nada volvería a ser lo mismo entre nosotros. Todo será incómodo. Seguro que él me odiaba por haberme entrometido en su perfecta relación con Rachel.
-Lo siento-murmuré en voz baja. No conseguí ninguna respuesta. Ni una mirada. Nada.
Empezó a andar con la cabeza gacha. Yo le seguí para no quedarme detrás. Me sentía culpable, tonta. Mis ojos empezaron humedecerse y no hizo falta mucho tiempo hasta que empezaron a saltarme las lágrimas. A pesar de que la casa estaba cerca, el recorrido se me hizo eterno.
Llegamos a su casa. En la casa estaba su hermanita Aria y su madre Rebecca.
-¡Chicos! ¡Estais empapados! Id a cambiaros y bajadme la ropa para que la ponga en la secadora.-dijo Rebecca.
Ambos subimos directamente a nuestras respectivas habitaciones.
Cerré la puerta y me quité el uniforme empapado. Necesitaba una ducha con agua caliente. Me puse mi albornoz y cogi mi pijama. Sali de mi habitación y me caminé bastante rápido hasta el baño.
No habia moros en la costa así que fui directa a la puerta situada al final del pasillo.
Pero tengo mala suerte.
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"Imbecil" "Solo empeoras las cosas" "A ella no le gustas" "Se apartó de ti"
No podía dejar de darle vueltas a ese asunto. Amy, Amy, Amy, Amy.
Ella se había apartado. Además, ¿qué ganaba con ese beso? ¡Ella es de California!
Abrí el grifo y me eché agua fría en la cara. Cerré los ojos y respiré profundamente unas cuantas veces para intentar calmarme. Abrí la puerta y la ví. Se sorprendió bastante al verme y enrrojeció rápidamente.
Y entonces me di cuenta. Llevaba un albornoz blanco y se podía divisar más escote del que le hubiera gustado mostrar.
-Perdon...yo...-susurré dirigiendome a mi habitación. Me giré para ver si ya había entrado y al ver que así era, entré yo en mi habitación.
¿Por qué me tenía que chocar con Amy el dia que menos queria verla? ¿Por qué no he dicho ni una palabra coherente cuando la he visto? ¿Por qué es tan perfecta? ¿Por qué he tenido que ver su canalillo? ¿Por qué es todo tan dificil?
Estaba cabreado. Y mucho. No estaba seguro si queria acabar mi relación con Rachel por Amy.
No podia.
<<Rachel, no puedo quedar esta tarde. Nos vemos otro dia.>>
No sé cuantas horas pasaron pero no me moví de mi habitación. Simplemente enchufé el Fifa y consegui distraerme y dejar de pensar en Amy.
Después de dos partidos perdidos y a mitad del tercero, se abrió la puerta de mi habitación. Me giré y vi que era Alan.
-Hola Alan-dije levantándome.
-Hola tio. No has venido a entrenar-me dijo.
-No. Me encontraba mal.-contesté.
-Mentira. Entrenaste con una muñeca rota y con gripe.-dijo tirándose en mi cama.
-Eh...
-¿Sabes que creo? Que no has venido por una americana que te vuelve loco.
-¡Alan!-grité antes de abalanzarme sobre él.
Empezamos a pelearnos de broma hasta que al final lo admití.
-Tienes razón.
-Ry, tio. No puedes estar con este humor. Somos hermanos ¿si? Somos los amos. Asi que esta noche nos vamos con el equipo a tomarnos unas cervecitas. ¿Eh?
-Hoy no, Alan.
-¡Hoy si! Vistete y nos vamos.
-¡Nos vamos!
-¡Y nos emborrachamos!
-¡Vamos a ponernos ciegos!
Mas animado, me puse una camisa, unos vaqueros y decidí salir con mis amigos. Olvidarme por unas horas de los problemas.
Fuimos en metro al Soho,a un pub llamado "Host". Había bastante gente y el resto de mi equipo ya estaba allí. Nos pedimos todos unas Guinnes grandes y empezamos a beber.
Me lo estaba pasando bastante bien cuando entonces la vi.
Fue por casualidad. Me giré para ver el ambiente cuando vi a una pareja enrrollándose apoyados en una pared. Les faltaba poco para ir al aseo para tener más privacidad.
Iba a girar la cabeza cuando un detalle llamó mi atención. La chica...
Ella llevaba un vestido negrocortísimo y unos zapatos inconfundibles. Esas plataformas rojas altísimas que suplicó que YO le regalara.
En ese momento me dejo llevar por mi ira. Voy directo hasta ellos y aparto a Rachel de un tirón. Entonces mi puño alcanza la cara de Will.
Ahí empieza el caos. Copas se caen al suelo,la gente grita y se aparta. Alan y el resto de mi equipo vienen a separnos. Estoy muy cabreado. De reojo veo a Rachel, tapando su boca con la mano y con lágrimas.
Me sacan fuera y empiezan a hablarme todos a la vez para intentar tranquilizarme.
-Ryan...-oigo su voz por encima del resto.-Lo siento. Yo...
-¡Rachel! ¿Desde cuando estás liada con Will?
-Yo no...
-¡Rachel!
-Lo siento...-dijo medio llorosa. Empecé a andar hacia el metro. Menudo día de mierda.
-Ryan...-empezó Rachel. Se había quitado sus plataformas haciendo que le sacara unas dos cabezas.
-Creo que...-empecé
-Rompemos-acabó ella.
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Esperame en Londres
Teen FictionLa vida de Amy cambia completamente gracias a su viaje a Londres. Alli conocerá a Ryan pero... ¿una chica de EEUU y un chico de Inglaterra con solo dos meses para estar juntos?