Capitulo 6

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Un señor alto y bastante temible me miraba desde la puerta de la habitación. Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Era él. Me escondí detrás de mi cama y oí un grito.

Entonces me desperté de mi pesadilla. Ese recuerdo todavia me persigue y siempre me hace estremecer. Miré el reloj de mi mesita y vi que eran las seis de la mañana. Me senté en la cama para pensar con claridad. Sabía que era incapaz de volver a dormirme, asi que encendi la luz de la mesita. La imagen de mi padre ocupaba toda mi mente y decidi distraerme. Me hice la cama y desgraciadamente, noté todo el hambre que tenia.

No era normal. Ayer me harté de comer una exquisita lasaña de verduras. Uff... me sonaron las tripas y a pesar de que era completamente consciente de que estaba fatal, decidí ir a comer algo.

Me sentía como James Bond o como Tom Cruise en "Misión Imposible". Iba sin hacer nada de ruido, como un fantasma. Incluso llevaba calcetines para que nadie de la familia Walton me oyera. Llegué a la cocina y abrí silenciosamente uno de los armarios para ver que tenian. ¡Genial! Vi una caja de las galletas Bourbon de chocolate negro, mis favoritas del mundo entero y no dudé en cogerlo. Tan despacio como pude me cogí una galleta y me la llevé a la boca.

-Buenos días, Amy-dijo una voz a mis espaldas. ¡Mierda! Instintivamente, saqué la galleta de mi boca y tapé la caja. Todo eso en medio segundo.

-¡Ah! Bu-buenos dias, Ryan.-balbuceé. Tipico. Intentas que nadie te vea y va y te pilla de pleno el guapo.

-¡Anda! ¡Galletas Bourbon! - exclamó con una sonrisa- Amy... esta ahora es tu casa. No te vamos a matar porque comas.

-Ya, pero aun asi...

- Anda, no te sientas mal. Bueno, yo me voy a correr. ¿Quieres venirte? - me preguntó.

En mi cara fue apareciendo una sonrisa. En Los Angeles siempre corria por Wintley Beach.

-¡Claro! Cinco minutos y bajo.

Vale. Iba a correr con un chico muy guapo. Tenia que estar... presentable.

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Estaba colocando los auriculares a mi Ipod cuando Amy bajó. Llevaba una coleta, una sudadera y unos shorts.

-Has hecho bien poniendote la sudadera. Ahora hace un frio increible.-le dije distraidamente.

-Lo se. Me he asomado por la ventana-me dijo. Sonrei al oir esa respuesta. Sinceramente no era la que esperaba.

Salimos fuera y nos dirigimos a las silenciosas calles de Notting Hill.

-Yo siempre voy corriendo hasta el parque de allá. -le informé

-Guay. Tu me guias porque como que no se dónde está el parque.

-Descuida. En California, ¿solias hacer más deporte?

-Bueno, intenté hacer surf, pero era complicadisimo, asi que mi madre y yo nos apuntamos al gimnasio, pero creo que no he ido más de diez veces-me dijo con una sonrisa.

-Anda que... ¿ a qué se dedica tu madre? -le pregunté con curiosidad justo cuando doblábamos la esquina. Amy tenia un buen ritmo y por nada del mundo quería quedarme atrás.

-Pues... es complicado.-dijo pensativa.- ¿El Bentley's queda muy lejos?

Yo le miré extrañado. No sabía porque no queria decirme a que se dedicaba su madre. Ella miraba al suelo, avergonzada.

-El autobús escolar pasa por la calle de delante. Así que no nos tenemos que preocupar por nada. Está un poco alejado, cerca de las afueras.

-Vale.-fue lo único que dijo.

Esperame en LondresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora