Soy un Gengar

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En el salón del origen Arceus despertó luego de sentir un poderoso aura, se trataba de un ser de pura maldad en forma de Lucario de su mismo tamaño; no sé imaginó el cómo o por qué pero si sabía que su reinado había concluido, no lo quería aceptar por el hecho de que estaba en negación, pero aun así no se iría sin antes luchar, y nunca pensó que algún día tendría miedo pero ese día llego.

─Tú ─el pokémon se hallaba anonadado por haber despertado; eso significaba que el peligro de existió es inminente─ ¿Qué haces aquí?

─He venido para conseguir mi más grande anhelo, destruir tu universo ─sentenció ese ente con extrema frialdad─ hubiera visto como tus legendarios y lacayos caían uno por uno sin poder hacerme frente, fue una hermosa tragedia ─vio de manera fija al legendario como retándolo─ jamás había estado entretenido tanto tiempo, el destrozarte tus sueños e ilusiones por completo tu mundo es mi deleite y tú lo sabes, tus lacayos fueron una piedra en el zapato... ¡sobre todo ese tipo que operaba entre las sombras! Como odie ese fantasma, pero esa amenaza fue finiquitada con éxito y mi camino concluyó aquí ─hizo una ligera sonrisa─ solo me falta usted para terminar el trabajo

─ ¡No te lo permite! Lamentaras el haber aniquilado a mis criaturas ─se opuso el primer pokémon con autoridad y una voz imponentemente grave combinado con ira como coraje; se le humedecieron los ojos─ vengaré a todos los caídos.

─Es inútil, tus quince mil millones de años de existencia terminan aquí ─segundos de silencio incomodo─ soy superior a ti ─se jactó el intruso de otra realidad.

Acto seguido el primer pokémon usado Velocidad extrema

De repente el pokémon Alpha no pudo más y cayó debilitado en el suelo.

─Te dije que ya no había nada que hacer, era una causa perdida ─enseguida el malvado Lucario impuso su aura negativa sobre la de su agotada víctima: provocando su fulminante como definitiva aniquilación─ hasta nunca Arceus ─se empezó a reír como un lunático.

El maligno tipo lucha-acero contempló la nada que sus acciones ocasionaron, de lo que antes fue solo quedaba la sala del origen y él, más allá de eso solo había: nada. Un vacío absoluto en todas direcciones, o algo así, después de esa habitación de unos pocos kilómetros no había tiempo ni espacio, vida, materia o energía. Luego de deleitarse con el cumplimiento de su pasatiempo se propuso en retirarse pero antes marcharse tenía una tarea por concluir; Del cuerpo de ese Lucario comenzó a emanar un humo rojo que término ese proceso con una masa de plasma con forma humanoide en frente del pokémon aura.

─Soy un Lucario ─comentó el ser malvado contemplando el reflejo de los enormes mosaicos que se encontraban en el suelo.

─¡¿Qué pasó?! ─Recuperó la conociendo de golpe, como cuando alguien se despierta luego de haber dormido por varias horas y amanecer con una buena resaca, lo último que recordaba era estarse divirtiendo con los tipo fantasma─ ¡¿Dónde estoy?! Que hago aquí ─enseguida avistó a esa figura humana luminosa de tonalidad carmesí; en el preciso momento en que contempló su negativa aura se dio cuenta de todas las atrocidades que provocó─ No lo puedo creer... ─le salieron lágrimas de los ojos.

─Hola Norberto, es un placer finalmente conocerte frente a frente luego de tanto tiempo ─la esencia carmesí ni siquiera miraba al Lucario, se ubicaba a su lado─ me temó que te debo de agradecerte, fue gracias a ti que conseguí todo lo que logré. Así que: Gracias.

─No... ¡Maldición! ─Cayó de rodillas y con las palmas pegadas al suelo; las lágrimas que salían a cantaros de sus ojos formaron un charco en el piso, no podía mantenerse pulcro luego de todo lo ocurrido, ese peso de culpa como un yunque que aplastaba su espalda: le carcomía el alma─ ¡Esto es tu culpa!

Soy un Lucario: BloopersWhere stories live. Discover now