Colegio.
Aquella palabra que me ha atormentado por los ultimos ochenta y tres dias.
Colegio.
El sonido que no he escuchado por más de un mes.
Colegio.
El lugar que no he llegado a ver desde el día del incidente.
Nunca antes había pensado sobre como la palabra realmente me afectaba. Solía ser un lugar de simplemente educación, un lugar para hacer amigos, para aprender sobre todos los sentidos inutiles de la vida.
Ahora es el lugar que más me asusta, el lugar que me persigue cada noche, el lugar que nunca pensé que tendría que ver nuevamente.
Durante el verano, la gran mayoría de personas olvidaron aquel día, dejando que los recuerdos resbalaran de sus mentes, remplazandolo con el sol, descanso y vacaciones. Mientras yo tuve que gastar los últimos ochenta y tres días intentando olvidar, ellos han pasado los últimos ochenta y tres días intentando recordar.
Nadie sabe exactamente lo que en realidad paso ese día. Nadie nunca sabrá los detalles de lo que paso aquel día, excepto yo, y me niego a compartir aquel recuerdo con cuaquier persona.
-Hunter?- doy media vuelta y me encuentro con un familiar, pero aún asi inolvidable rostro, Matt.
Su suave y rubio cabello esta cubierto en gel hacia cierto ángulo de su rostro, y su piel esta bronceada de ta forma que tiene el perfecto tono con cierto brillo dorado. La cicatriz que se encuentra encima de su ceja derecha se ha curado un poco desde la última vez que lo vi, pero aún asi, sigue siendo visible.
-Hola Matt- camino hacia el y me recibe con un abrazo. No lo había visto en más de dos meses, y ha llegado a crecer un poco en ese tiempo. Me sostiene fuerte antes de soltarme.
-Como has sobrellevado todo?.. Me refiero- murmura - Como has estado?- Se corrige a si mismo. Un poco de dolor llega a mi pecho, ha sido más de un mes desde la última vez que hable de ello. A mi padre tampoco le gust hablar mucho de ello.
-He estado bien.- Respondo, lo cual no es entermanete una mentira. He estado balanceándome entre la estrecha linea del infierno y la recuperación, ni malo ni bueno. No pase todo el verano encerrada en mi habitación quejandome, pero tampoco me pase todo el tiempo teniendo el mejor tiempo de mi vida, como toda chica de 17 años debería.
-Yo igual.- responde mientras se frota incomodámente la parte de atrás de su cuello. -Cómo estuvo tu cumpleaños? Siento mucho Habermelo perdido la semana pasada, no estaba seguro si ibas a hacer algo o.-
-Esta bien, no fue nada, sólo pase tiempo con mi papá.- respondo.
-Oh, que divertido.- dice. Ambos caminamos en silencio después de eso, ninguno de nosotros hablando por un tiempo. Una presión incomóda se encuentra entre nosotros, lo cual no debería ser asi.
-Cómo va el baseball?.- digo queriendo cambiar el tema. Sus ojos se enfocan nuevamente en los mios y su rostro se ilumina un poco.
-Va bien, en realidad diria que va muy bien. Recibí una beca para la Universidad de Arizona, seguramente estaré allí el próximo otoño- me da una sonrisa la cual indica que de verdad esta orgulloso.
-Eso es excelente! Me alegro mucho por ti, es bueno ver que todo tu trabajo y esfuerzo esta pagando de vuelta y vale la pena.- Lo empujo suavemente con la punta de mi codo, dandole una sonrisa orguullosa de igual manera. El baseball es su pasión y él se merece esto más que nadie del que pudiera imaginar.
