Capítulo 2: Matt Harris

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Al instante volteo y veo una figura masculina, tengo que admitir, que bastante atractiva pero desconocida para mí.

-¿Hola?- digo frunciendo el ceño- ¿y tú eres...?

-Matt Harris- me extiende su mano.

-Pues gusto en conocer Matt, pero si no te molesta... ¿podrías irte?- le digo tratando de sonar "amable".

-¿Siempre eres así de malhumorada?- me dice sonriendo.

Ya no me está agrandando este chico.

-¿Y tú eres así de entrometido?- le espeto con todo el sarcasmo posible.

-Mmm.. creo que sí- sonríe mostrando su perfecta dentadura- Deberías ser un poco más amable, ¿no crees, Sarah?-

-¿Y tú quién er...? Espera ¿qué?, ¿cómo sabes mi nombre?- digo con el ceño fruncido

-Bueno pues, no es muy díficil saber quién es Sarah Waters en esta escuela- dice encongiendose de hombros. 

Cierto.

Simplemente pongo en blanco mis ojos.

-¿No deberías estar en clase?- me dice Matt sarcástico.

-Eso no te incumbe- le digo exasperada- Además... lo mismo te debería decir a ti ¿no?

-Eso no te incumbe- dice sonriendo de nuevo. Idiota.

-Como sea, adiós- digo irritada.

Me levanto del banco y se que Matt está riendose, siento su mirada y su risa clavada en mi espalda. Apenas si lo conozco y ya lo odio.

¿A dónde se supone que voy ahora? Entrar en la escuela no era opción, ya que el director podría verme, pero no tenía de otra¿no?.

No quería quedarme ahí teniendo que aguantar a ese tipo.

Voy hacía mi casillero, tratando de ser sigilosa. Aunque eso no funcionó muy bien.

-Señorita Waters- siento como el director Patrick sonríe con autoridad detrás mío.- Que novedad tenerla fuera de clases ¿no?.

Simplemente volteo a ver al jodido director.

-Vamos, ya digame cual será mi castigo- me digno a hablar.

-Creo, que será lo que usted se espera señorita Waters. Detención. A las salida. Tres horas.

¿Acabo de decir 3 malditas horas? Debe estar bromeando.

-¿Qué?- digo en tono de reproche.

-Lo que escuchó señorita Waters -voltea y se va.

¡Joder!

***

Suena la campana, que significaba que las clases por el día de hoy terminaban, pero para mí, el castigo comenzaba.

-¡Sarah!- me dice Megan alcanzándome por el pasillo. Yo me detengo y volteo.

-Recuerda, hoy. Fiesta. A las 7 pasará Connor por nosotros.

-Sí, sí, ya se.- volteo lo ojos.

-¿Qué te pasa?- Megan sabe siempre cuando tengo algún problema.

-Detención- digo frunciendo los labios.

-Sarah...- y ahí venía su discurso de "no te metas más en problemas".

-No me sermonees- le espeto irritada.

-Como sea- farfulla.- Nos vemos, darling.

-Adiós- le digo desmotivada. No quería pasar el resto de mi tarde en detención.

Me dirigí a la sala de detención, dando pisadas fuertes por la frustración y la rabia. Ahg, ¿sabes de quién es la culpa?, de ese Matt, sí.

Si simplemente no hubiera llegado, yo hubiera podido estar tranquilamente ahí, pero tuvo que aparecer con su perfecta sonrisa, su hermoso rostro, marcados bíce... ¿De que hablaba? Ah sí, es un imbécil.

Llego y me pongo en frente de la sala de castigo y doy un fuerte suspiro.

-Al parecer compartiremos tiempo juntos- me susurra por detrás, a mi oído. Idiota.

-Cállate- le espeto irritada. Y él sonríe con satisfacción. ¿Que hacia él aquí?

Entro en el aula y escojo un asiento, y lamentablemente Matt se sienta a mi lado.

Solo van unas horas y ya lo estoy comenzando a odiar.

-Eres linda cuando te enojas ¿sabías?- dice mi compañero mirando al frente.

-Eres un dolor de culo ¿sabías?-pongo los ojos en blanco.

-¿Tan rápido y ya me odias?- sonríe sarcásticamente- Eso debe ser un récord.- Es como si hubiera leído mi mente.

Te lo seguro que si, amigo mío.

Trato de ignorarlo y me dispongo a dormir. No pasaría tres horas estando des...

***

-¡Bien alumnos, su castigo terminó!- la voz del profesor Liam me despertó de inmediato.

Excelente.

Todos lo alumnos comienzan a salir y yo recojo mi mochila para luego salir de ese puto salón.

-¿Harás algo?- siento la voz de Matt, caminando detrás mío.

-Eso no te importa- le respondo agríamente.

-¿Siempre tienes que ser tan aburrida y malhumorada, cariño?- suelta una risa entre dientes.

¿Acaba de decirme que? Lo mato.

Volteo abruptamente para quedar enfrente suyo y lo miro retadoramente a los ojos.

-Vuelve a decirme así y no te quedarán dientes en ese lindo rostro- susurro entre dientes. Sarah ¿Que acabas de decir? ¡¿Lindo?!

-¿Te parece?, bueno, trabajo mucho en ello- me dirije una sonrisa seductora y a la vez de satisfacción. Esta vez él había ganado

Sarah ¿POR QUÉ DIJISTE ESO?

-Ahora que se que te parezco atractivo, podríamos salir algún día ¿no?- lo dice encorvando una ceja y sonriendo.

Al instante siento como mis mejillas se ruborizan y de inmediato de me aclaro la garganta.

-En tus sueños- volteo con fiereza y pongo en blanco los ojos para mi misma.

Y vuelve esa sonrisa de satisfacción en su rostro, no la veía pero sabia que se encontraba ahí. Imbécil, mil veces imbécil.

Matt Harris, esto no será nada bonito.

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