Relato 2. Calma

46 13 5
                                    

Respétame me dijo, con lágrimas en los ojos y nudo en la garganta, yo no podía dejar de mirar su carita, sus mejillas sonrojadas, su olor a lavanda, sus manos tocando las mías. Respétame cuando yo no esté, me volvió a decir, y se me partió el alma. Aquella habitación de hospital era el peor de los escenarios. Nunca pude llegar a imaginar que parte de mi vida iba a ser en un hospital, que una parte de mi vida iba a ser en una dura y fría butaca de un hospital con Clara cogida de la mano, aguantando su esfuerzo por superar la enfermedad, por ser feliz, por liberarse de ese maldito nombre que nadie quiere mencionar y que tantas vidas se lleva por delante.
-No hará falta Clara, yo voy a estar contigo siempre, aquí y donde sea, siempre tendrás mi respeto.
Nos queda mucho por hacer aún!
A Clara le costaba respirar, sus latidos eran cada vez más lentos y sus intentos por mantener una respiración más complicados. Creo que se estaba acercando el momento, no podía creer lo que estaba pasando. Toda una vida juntos, haciendo planes, organizando viajes, momentos...para acabar así, en una fría habitación de hospital. Que injusta la vida, que injusto todo.
-Clara, le dije. Mírame, no cierres los ojos.
Clara cada vez que oía mi voz intentaba sonreír, se le asomaba un pequeño suspiro. Que triste, puede haber algo más difícil que despedirte de la persona que amas? Puede haber tanto dolor que te cueste respirar?
-Mírame, me dijo. -Estas aqui?
Cogí su mano tan fuerte como pude, -Si, le dije, no te soltaré.
En ese momento pude notar como ella respiraba tranquila, su paz estaba llegando y sus manos se llenaban de besos míos. Sabía que era una despedida, una lenta, intensa y triste despedida. Su camino a las nubes está siendo placentero y tu olor sigue dándome la calma que necesito.
Ahora miro al cielo, puedo sentir que estas conmigo, cada día, en cada gesto, en cada momento, en cada palabra. Muy duro, durísimo. Pero sé que estás en paz, y yo, yo te respetaré hasta el día que me muera.

 ValientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora