Misión

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Aquel día Aquiles estaba decidido a acabar con su enemigo, solo necesitaba una excusa para iniciar batalla. Odiaba al rey Agamenón, por tanto no podía simplemente aparecer y darle la victoria, este gesto implicaría que estaba de su lado y jamás le daría esa satisfacción.
Dió vueltas, pensó y pensó, ¿Que haría...? Entonces recordó a aquella muchacha que lo seguía y una idea paso por su cabeza. Un sacrificio no era nada si con el acababa con los enemigos.
» Cuando me dió esa misión, me negué en un principio, empecé a entender que clase de persona era y aún así, deje que me convenciera. Cuánto me arrepiento de ello...
Agamenón atacaría esa misma tarde, Aquiles mandaría a su amigo en su nombre para que peleará contra los troyanos, yo solo debía hacer dos cosas. Uno, tomar la forma de Héctor, y dos, asesinar a Patroclo. Cumplir fue sencillo, con tanta desventura nadie pudo darse cuenta que en medio de la batalla había dos Héctor.
Lo que siguió después es viejo cuento, Aquiles asesino a Héctor y blablabla... pero después, después empezó el verdadero martirio."

Eterna SoledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora