Normal

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(He aquí mi primer one-shot serio UwU)

Miré por mi ventana... siempre había mucha gente pasando por la calle, ya que vivía cerca de una gran plaza concurrida por todo tipo de personas.

Todo tipo de personas normales. Con vidas normales; casas normales; básicamente, esas personas eran completamente lo contrario a mi.

"¿Por qué no puedes ser más normal, Martha?" "¿Acaso siempre vas a ser así de rara?" "Tienes que por lo menos aparentar ser normal." "Nadie va a querer casarse con una mujer tan extraña."

Esas eran algunas de las frases que me decían mis conocidos.

Así que... empecé a estudiar la "normalidad". Sin duda las vistas de mi habitación eran una gran ayuda.

Primero comencé a observar los andares de las mujeres que transitaban la avenida.

Intenté imitarlos, intente andar cómo una de esas mujeres estiradas que veía. Con sus faldas elegantes y porte severo. 

Pero... cuanto más las imitaba, más críticas negativas recibía. No lo entiendo. Andaba exactamente igual que ellas... y aún así no era normal.

Entonces... pasó lo que más temía. Cumplí 17, y mi padre no dudó en empezar a buscarme a un hombre rico para contraer matrimonio.

-Hoy vamos a visitar a un Lord, Martha... le he dicho que eres muda. Así será mejor. Solo tendrás que asentir a todo lo que yo diga.

-¿Por qué le has mentido? Soy completamente capaz de hablar.

-Ya. Lo sé. Por eso mismo he mentido... tus modales tienen que ser impecables. Te será más fácil si no tienes que decir nada-, dijo mi padre antes de dejarme sola y desolada en la cama- asegúrate de estar preparada. Pronto vendrá un coche a recogernos.

Normal, normal, normal... ¿Por qué esa maldita palabra se me escapaba de las manos?

Las enciclopedias tampoco me ayudaban a comprender su significado:

"Ordinario."

¡¿Y qué demonios era "ordinario"?!

La cena con el Lord fue "perfecta"; como mi padre la describió.

-Martha, buenas noticias. Le has gustado al Lord Stephen. Pronto te casaras con él, ¿no estás emocionada?- se veía la euforia de mi padre-.

-Pues no, no lo estoy- respondí con franqueza- voy a casarme con un hombre con el que ni siquiera voy a poder hablar-.

-¡Pero es joven y adinerado! No te va a faltar de nada, vas a ser feliz- esas eran las excusas de mi padre a dejarme sin habla. Parecía más bien que se quería convencer a sí mismo- Estoy seguro de que aprenderás a amarlo, has tenido suerte. Algunas a tu edad se casan con hombres mayores, en sus cuarenta o cincuenta. Este solo tiene unos cuantos años más que tu-.

Quedé en silencio... no es que me hiciera ilusión tampoco. Para mi padre "unos cuantos años más que tu" eran 14 años. ¡Catorce años nos llevábamos! Y ni siquiera nos casábamos por amor.

La ceremonia fue hermosa, eso sí. Lleve el vestido más incómodo que pudo encontrar mi padre. Me hacía ver como una muñeca: cintura pequeñita y pecho enorme. Además del pelo; que parecía tener más altura que yo, y los accesorios; que casi me dejan ciega y coja a mitad de camino hacia el altar.

Pero allí estaba, recibiendo un sonoro pero delicado "sí quiero" de un hombre que había visto solo una vez antes de esta ceremonia.

Esto ERA normal. Todas las mujeres de mi edad estaban casadas, algunas hasta ya habían dado a luz a su primer hijo. Pero... si era tan normal... ¿Por qué sentía que había algo extraño? ¿Por qué cada vez que me felicitaban por haberme casado yo quería gritar a los cuatro vientos que odiaba toda esta situación?

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