//Narra Mahra//
Calor. Eso fue lo primero que sentí cuando entramos en territorio del Oeste.
Ágata y Silas estaban muy emocionados y nerviosos por estar en casa. Pero yo no podía más que querer salir de ahí lo más pronto posible. El calor era más insoportable que en el Norte.
—El calor está terrible, ¿No crees?
—Ya quiero llegar al Reino del Sur, no soporto tanto calor
—Ni siquiera dan ganas de ponerse ropa
—¡No seas asqueroso Aidan! -me alejé de ahí, ignorando los comentarios de mi molesto hermano
—¡Miren! La aldea de Claveles
—No pienso ir ahí
—No grites Ágata, sabes que no debemos llamar la atención
—¿Por que no podemos ir?
—Porque no me gusta tu reino, Silas
—A Mahra y a Shaden sí les gusta —replicó
—A mi no me metas. Detesto tu reino desde que sentí el calor
—Es tu reino Silas, estás aquí todo el tiempo, no hay por qué detenerse, aún es de día —explicó Shaden. Siempre he admirado la paciencia que tiene con todo
—Por favor —pidió Ágata mirando a Daysam
—Bien, podemos descansar un rato
De mala gana, todos los demás nos encaminamos hacia la aldea. Aunque por alguna razón Shaden estaba de mejor humor que nosotros.
Al igual que la última vez, nos dieron una casa en donde quedarnos, comida y agua.
Al caer la noche todos estuvimos de acuerdo en ir al bar de la aldea. Necesitaba despejarme.
No sé cuánto tiempo pasó, tampoco cuidado bebimos. Lo único que sé es que todos estábamos borrachos, por alguna razón, yo menos que los demás.
Todos habían salido del bar unos minutos antes. Al no tener nada mejor que hacer, fui a caminar a los alrededores. Mala idea. Detrás del bar vi una escena en extremo desagradable.
De todas las opciones que puede haber pensado al saber que estaban ebrios, está no era la más probable, mucho menos agradable.
Decidí ir a casa. Mala elección. De la casa salían ruidos que no quería saber de dónde provenían. No quería ver alguna otra escena desagradable.
Caminé por la aldea. Era una aldea pequeña, pero bonita. Aunque al parecer, está noche no iba ser muy agradable.
De entre los arbustos, pude ver a mi hermano con alguien más, preferí caminar más rápido para alejarme de ahí. El lugar y la pose eran demasiado sugerentes.
Al llegar a las cercanías del bosque encontré otra escena desagradable.
Resignada a no tener una noche agradable, regresé al bar, evitandome más escenas perturbadoras.
Al llegar pedí lo más fuerte que tuvieran.
Un trago, Shaden y Silas besándose. Dos tragos, Artemisia y Laith en la cama. Tres tragos, Aidan acostándose con una desconocida. Cuatro tragos, Ágata y Daysam besándose en el bosque. Y así hasta que perdí la cuenta.
No sé cómo, ni por qué. Solo recuerdo algunas cosas.
Estaba con alguien. Nos besábamos. Caricias y toqueteos. No sé dónde estaba.
Nuestras respiraciones agitadas resonaban en el lugar.
—A todo esto, mi nombre es Alan —su aliento me indicaba que también estaba ebrio
—Soy Mahra —respondí rápidamente
Parecía que alguno diría algo más, pero no dijimos nada. O tal vez no lo recuerdo.
Después de eso solo recuerdo haberme tirado sobre algo.
Al despertar el dolor de cabeza apareció. Los pocos recuerdos que tenía vinieron a mi. Miré hacia abajo. Efectivamente, solo una sábana me cubría. Estaba en una casa desconocida y por suerte no había nadie a mi lado.
Terminé de vestirme. Al darme la vuelta vi que alguien me estaba mirando.
—Supongo que recuerdas mi nombre
—Lamentablemente sí
—¿A dónde vas con tanta prisa?
—No te importa
—Solo quiero ser amable con la persona con quién me acosté ayer
—Tengo nombre, Alan
—Lo recuerdo perfectamente, Mahra —saboreó mi nombre
—Entonces es todo lo que tienes que saber de mí —traté de avanzar pero se puso frente a la puerta
—¿A dónde vas?
—Quítate de en medio
—Respóndeme —lo vi a los ojos
Por un momento me perdí en su mirada —A darle una lección a mis amigos
—Te acompaño —me dejó pasar
—¿Tienes cubetas? —asintió —Perfecto
Fuimos al río a llenar las cubetas y nuestra primera parada fue el bosque.
—Por cierto —dije al lanzar el agua —Lindos ojos
—No más que los tuyos —dejé el tema y volvimos al río, ya que solo teníamos cuatro cubetas
Fuimos a las afueras de la aldea, luego a detrás del bar y finalmente a casa.
—¿Para que es la última cubeta?
—Ya lo verás —todos entraron a la cocina completamente empapados
—¿Que te pasa? —me levantó la voz Aidan
—Se lo merecen por no medirse con el alcohol —entonces les cayó otra cubetada de agua
Alan disimuló la risa fingiendo tos. Se que no solo se ríe de ellos pero no importa.
—¿Y él quien es? —preguntó Laith
—Soy Alan, y creo que desde ahora viajaré con ustedes —la molestia se apoderó de mi
—Ahora volvemos —lo arrastre afuera
—¿Que pasa? —sonrió burlón
—En primera, ¿Cómo sabías que estábamos viajando?, Y en segunda, no puedes venir con nosotros
—Lo sé porque nunca te había visto por aquí, y sí, viajaré con ustedes
—Si quieres morir a manos de los reyes adelante
—Será interesante
—Estás loco
—Loco por ti, amor
Bufé. Por alguna razón no me molestaba que viajará con nosotros o que me dijera así, y eso me enfurecia aún más.
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¡Nuevo personaje! Espero que les agrade este nuevo personaje y cuéntenme como les cae cada personaje
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Ambarus
FantasyHan pasado veinte años desde el final de la batalla de los Cuatro Reinos. En Ambarus, todos temen el momento en que su reino ya no sea un secreto para el resto del mundo. El deseo de querer evitar una nueva guerra lleva a los nuevos príncipes a hace...