ii. LOS RUIDOS.

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(I)
Sensibilidad.

LOS RUIDOS: en mayúsculas porque, hasta leerlo de ese modo, ya me aturde.

Aborrezco los ruidos fuertes. Me tapo los oídos siempre que los escucho, o me hacen encoger de hombros. Personalmente, esta es una de las razones por las que no me gusta ir a clase. Mis compañeras son ruidosas, altaneras y no soporto el arrastre del pupitre contra el suelo, sus gritos cuando pelean o ríen porque lo puedo atender todo al mismo tiempo, cosa que termina siendo muy fuerte para mí. Muchas veces he llegado a mi casa con dolor de oídos.

Es como si una fuera una catalizadora de ruidos, de sonidos y estímulos externos que sobrepasan sus niveles de tolerancia.

Aparte de los gritos y el chillar de las patas del pupitre, también me alteran las explosiones, cuchicheos cuando todo anda muy tenso y que, directamente, me alcen a mí la voz o me griten. También me agita el sonido de los platos caerse, o que chocan cuando tratas de sacar uno del lavaplatos, de las latas y botellas cuando juegan con ellas, los golpes... Tampoco me gusta oír el sorbido que emite la gente cuando toma sopa. Específicamente sopa. De resto, cuando ingieren café o té, no me sacude demasiado.

Estoy segura de que hay más sonidos en esta lista que se derivan, subdividen y multiplican, pero estos son los que más resaltan en mi día a día y me marcan.

Y aunque sé que mis líneas se leen con odio y repulsión a muchas cosas, o hasta caprichosas... Me siento mejor después de expresarlo. Mi sensibilidad engloba muchos aspectos de mí, como por ejemplo, el emocional, mas tengo demasiado de ello en cuanto a mis sentidos —o reacciones a lo que hay a mi alrededor—; síntoma característico del TEA y Asperger.

En mi caso, me veo afectada en la audición, olfato, tacto en cierta forma y gusto —detallaré esto en futuras entradas—, pero en cuanto a lo visual, no es muy significativo. Quiero decir, aunque sí me molestan las luces fuertes y no me terminan de simpatizar los colores neones —son muy feos si pones el ambiente todo negro de una discoteca, por ejemplo, encima la bulla que hay—, al final del día, son esas tres hipersensibilidades las que me afectan y me molestan.

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