Proceloso deseo inocente.

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One shot dedicado a mi ama: GatoObesoKawaii 💛

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Los felinos párpados seguían a su presa, el inocente ser se había adueñado de la esquina del salón con sus exuberantes ojos destellantes debajo de una cortina rubia que ocultaba su alma. Min Yoongi raspó una fina sonrisa altanera cuando el pequeño cuerpo se ocultó bajo un exagerado suéter celeste, el resto de estudiantes estaban sumidos en charlas aleatorias y en ese momento, ante él, sólo existía ese pequeño llamado Park Jimin. Labios pomposos y apetecibles, mejillas deseosas de morder, piel de algodón y unos ojos tímidos que calaban al esmeralda, definitivamente más de una persona ha intentado acercarse para conocer al bonito adolescente, sin embargo, son rechazados cuando éste corre a esconderse detrás de cualquier cosa y arruga la nariz, esa era la señal para alejarse.

Sí, lo estuvo estudiando por varias semanas porque… Jimin era su magnífico objetivo. Ese ángel inocente que no sabía que Lucifer tenía los ojos sobre él, siendo el preludio de una adicción tan exquisita que aún no tuvo el honor de probar, pero sabía que la primera lamida a ese fruto prohibido comenzaría su locura incontrolable.

Sacó el caramelo embelesado de su saliva, aún con puentes uniendo sus finos labios con el dulce. Su resbalosa lengua limpió el exceso y comenzó a planear todas las cosas que haría con el chico una vez caiga a sus pies, le excitaba tan sólo pensar en desvanecer a besos la inocencia de aquel ingenuo rostro y moldearlo a su gusto con sus grandes manos.

¡Sólo quería atraparlo!

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Min Yoongi lucía una vestimenta oscura y desgastada, su cabello rebelde tapaba parte de sus ojos y mostró sus colmillos cuando vio a Park Jimin saliendo del salón con sus mejillas rosadas. Lo siguió hasta llegar a la salida donde sus voces se mezclaban con el bullicio de la ciudad, se adelantó al chico de cabizbaja y una cabellera rubia se estrechó contra su torso, a los segundos una mirada confundida buscó el rostro del obstáculo frente a él.

—Hola —saludó hacia el cohibido muchacho que jugó con sus regordetes labios. No recibió una respuesta, sólo un movimiento de cabeza.

Tiempo atrás en su pequeño análisis sobre Jimin, se dio cuenta que éste poseía una fascinación indescriptible hacia los animales pero sobre todo hacia los gatos… Y se aprovecharía de eso.

»—Quería preguntarte algo —Jimin alzó su mano y le permitió seguir—, ¿te gustan los gatitos? —El brillo en los ojos del menor fue una afirmación—. Tengo crías de gatitos en mi casa, ¿quieres verlos y quedarte con uno? No puedo criarlos a todos y los quiero dar en adopción —Mostró su dentadura gentil, el resto del alumnado pasaba ignorando su charla y a otros les parecía raro ver a esos dos charlar. Sus auras eran tan distintas, Park Jimin vestía colores pasteles y Min Yoongi siendo la auténtica parca, tanto sus gestos como posturas dibujaban un contraste entre ambos.

Jimin tiró su cabeza a un costado atrayendo sus mechones a sus ojos, apretó sus dientes debutativo pero accedió con una fina sonrisa tierna que llegaba a sus ojos. Yoongi festejó en su interior y un escalofrío de autosuficiencia lo sacudió, lo tendió el brazo al pequeño que lo siguió curioso y en silencio. Llegaron a una motocicleta y se colocaron el casco de protección, las personas se extrañaron por tal escena que pocas veces se apreciaba.

Las pequeñas manos se envolvieron alrededor de su torso y ladeó una sonrisa victoriosa, el transporte se puso en marcha con fiereza y los brazos ejercieron mayor fuerza, escuchó un chillido de miedo y sus orbes destellaron con gracia. Su cabello gris escondieron sus deseos pecaminosos cuando bajó su mirada por un segundo a las extremidades que envolvían su esculpido cuerpo.

“Mierda”, estaba tan ansioso por devorarlo.

La motocicleta se detuvo y sintió el pecho pegado a su espalda hincharse del alivio… No por mucho tiempo. Se volteó para sacarle el casco al chico de grandes ojos pulcros que buscaban algo reconfortante en sus facciones. Sus botas chocaron contra la tierra del baldío vacío, el rubiecito analizaba su alrededor y se aproximaba más a su cuerpo cada vez que se sentía vulnerable… Aunque estaba dándole su confianza a un monstruo.

»—Los gatitos están adentro —Las llaves chocaron frente el rostro de Jimin, éste entendió que entrarían al departamento a su lado y por fin vería a los bonitos gatitos…

El imponente y sombrío ruido de la puerta cerrarse detrás de ellos cedió al silencio. Jimin buscó con su mirada a los gatitos y sólo recibió una débil risa, confuso, intentó observar más allá de la espalda del peli-gris. Un pequeño espacio malogrado por la antigüedad era el perfecto escenario para un crímen.

Yoongi desabrochó los dos primeros botones de su camisa y comenzó a hablar, demasiado ensimismado mirando sus movimientos y escuchando el miedo de Jimin. Le daba la espalda al rubio que se encontraba inmóvil frente a la puerta, eso era lo que creía el peli-gris al no oír movimiento.

»—¿Sabes? Siempre quise saber cómo se sentiría tocarte, ahora lo averiguaré, si quieres, luego veremos a los gatitos… Bueno, realmente no tengo ni puta idea de dónde ver uno, pero también vi gatos callejeros por ahí de todas formas —Su tono burlesco abrumó la cabeza del ingenuo ángel.

Se rio de sus pensamientos y victoria.

»—Te atrapé.

Sus pasos dieron un giro de 90° y cuando estuvo por encarar el hermoso rostro. Se topó con una oscura mirada a centímetros de él, milímetros que separaban sus narices y una inmensa oscuridad comiendo el destello que se perdió en todo ese delirio caótico. Una caliente respiración besó sus labios y una poderosa sonrisa agrandada y temblorosa por el deseo excitante perturbó su consciencia.

Un frío objeto rodeó su cuello y antes que pueda reaccionar, un click rastrilló sus oídos en un tétrica sonido rechinante. Un pie plantó su lugar en su pantorrilla haciéndolo caer de rodillas y un cuerpo se arqueó sobre él, imponiendo su poder y locura con tan sola una breve mirada brillante de lujuria y maldad.

Te equivocas...

Fue lo que murmuró Park Jimin sobre sus labios sosteniendo una correa que fue su condena.

Y cuando él creyó que lo tenía en la palma de su mano, se dio cuenta que Park Jimin ya había comprado su alma.

Estaba equivocado, él no era Lucifer… Porque ahora mismo estaba observando al auténtico.

   »—Yo te atrapé, gatito.


















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Espero que lo hayan disfrutado 💛

mysverse©

윤민; [Proceloso deseo inocente]→ ym.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora