THE MAGIC OF LOVE

Lo siento

Caminando de regreso al castillo Regina se encontraba demasiado nerviosa sabía lo que le esperaba, ya no se encontraba bajo el efecto de la magia oscura, no podía evitar sentirse culpable, por un lado, pero por otro lo que dijo no solo era el efecto de la magia había cierto grado de verdad en cada una de sus palabras y era eso lo que más le preocupaba, tenía miedo de no llegar a querer a sus bebés. Lo bueno para ella que llego lo suficientemente tarde al castillo como para evitar toparse con alguien en el camino, sin embargo, sabía que se tenía que encontrar con Emma

- Bien aquí vamos- suspiró- entró a su habitación y vio a Emma que ya se encontraba acostada

- Llegaste- dijo cansada-

- No quise interrumpir solo vine a cambiarme para dormir-

- No estuviste en todo el día, mis padres se preocuparon ¿Dónde estabas?

- En el bosque.

- De nuevo

- Si, solo quería estar a solas-

- Bueno, como sea

- Emma, yo quiero decirte...

- Mira- dijo suspirando- hoy solo quiero dormir, no ha sido un buen día-

- Si lo sé, por eso yo quería...-

- No, quiero escucharte, solo duérmete y no me hables

- Por favor...

- De verdad Regina no quiero discutir estoy cansada de todo esto.

- Lo sé y lo entiendo-

En la mañana de manera sorprendente Emma fue la primera en levantarse todo lo que había pasado no la tena nada contenta, el comportamiento de Regina había sido bastante cambiante, a pesar de su mal carácter y que al principio le parecía loca la idea de ser madre, no sentía que sus hijos fueran un estorbo, cada día que pasaba solo aumentaba su amor por ellos, tanto que forma secreta Ruby y ella habían estado cociendo ropa para sus bebés.

Regina se levantó y lo primero que notó fue la ausencia de Emma, estaba segura que la estaba evitando, no la culpaba, en este momento hasta ella mismo de odiaba, todo su carácter había sido mal influenciado por la magia negra de su madre, y en su paso había herido a las demás personas.

Se levantó decidida a enmendar las cosas, no quería seguir sintiéndose mal, no podía seguir sintiéndose así, se dirigió a la sala de estar donde se encontraban los demás.

- Espero que no pase nada malo- pensó

- Hola Regina querida- saludo muy feliz Snow desconociendo todos los acontecimientos

- Buenos días- sonrió –

- Hoy te ves muy bonita, mi pequeña-

- Muchas gracias-

- ¿puedo? - dijo Snow queriendo tocar el vientre de Regina

- Claro-

- Han crecido bastante, no puedo creer que seré abuela, Regina no sabes la alegría que siento-

- Si, cada día están más grandes-

- Bueno, pero supongo que no estás aquí por mi ¿verdad?

- Si estoy buscando a Emma-

- Si la vi por los establos, hoy sorprendentemente se levantó temprano-

- ¿Le importa si la voy a buscar?

- Para nada, pero antes respóndeme algo ¿todo está bien entre ustedes?

- Si claro-

- Sabes que cualquier cosa puedes confiar en mi