-Déjame en paz, Leo.- Dijo Raquel con una mirada frustrada.
-Pero Raquel, si tan solo me prestaras un poco de atención yo...
-¿¡Qué no ves que estoy leyendo!?
-Eh, bueno sí, pero...
Sonó el timbre para dar inicio a la clase de español. La maestra Frida apareció dentro de poco en el aula.
-Ya llegó la maestra, Leo. Ve a tu lugar si no quieres que te bajen puntos.
-Sí, tienes razón. Nos vemos.- dijo con un suspiro largo- Te quiero.
-Igual
La maestra se dirigió a su escritorio. Venía sonriente como siempre.
-Buenos días, chicos.
-Buenos días, maestra.- respondieron todos a coro.
-Pasaré lista, conforme vaya mencionando su nombre me traerán la tarea que encargué ayer.
En una silla de la primera fila se encontraba Victoria copiando los apuntes que debió haber hecho la tarde del día anterior. A una silla a la derecha de ella estaba Len.
-¡Hey! Victoria, apúrate con mi libreta.- le susurró- Pasaré dentro de poco.
-¡Shhh! Espera, sólo me faltan los ejémplos.- contestó apresurada.
-Len Amador.- señaló la profesora.
-¡Presente, maestra!- Len alzó el brazo derecho y con el izquierdo arrebató su libreta a Victoria.
-¡Oye!- susurró Victoria enfadada.
-Tu tarea, Len.- le pidió la maestra sin prestar demasiada atención, escribía varias cosas en su portafolio.
-Enseguida, maestra.
La maestra hojeó la tarea de Len, dándole un rápido repaso con la vista.
-Perfecto, como siempre, Len. Felicidades.
-Muchas gracias, profesora.- Sonrió.
Len se dirigió a su asiento. Miró rápidamente a Victoria, esta le dedicó una especial mirada de pocos amigos.
-Victoria Baustista, su tarea.
-Ya voy, profesora.
La maestra de igual manera hojeó la libreta.
-Faltan los ejemplos.- señaló, entregándole la libreta.
-Sólo fue eso.- balbuceó Victoria.
-Ya sabe que no me gustan las tareas incompletas, señorita. Vamos, esfuérzece para la próxima, usted puede lograr más.
-Sí, maestra.
Mientras la maestra seguía con su pase de lista, Len se dirigió hacia el asiento de Victoria.
-Fue tu culpa por no hacer la tarea...
-¿En serio? No me digas. Ve a tu lugar.
-Vamos, no te molestes.- le dijo acariciandole una mejilla a Victoria, la niña se sonrojó levemente, después de unos segundos apartó su mano.
-Deja de molestar, Len.- rió.
-¿Vas a rechazar mi afecto?- hizo una actuación de tristeza.
-Si, si la rechazaré. Ahora ve a tu lugar o te acuso con Frida.
-¡No, no no! Me voy, me voy...
Len se apartó y fue a platicar con Samuel y Will, sus mejores amigos. Victoria dió un suspiro largo, se levantó de su asiento y fue con Raquel, que seguía leyendo su novela. Al notar su presencia, Raquel alzó la vista y la saludó.
-Vaya, Raquel. Siempre leyendo, ¿no te cansa?
-Jajaja, no mucho. Dependiendo de que tan bueno esté el libro. ¿Cómo te va?
-Pues creo que bien, no me ha pasado nada interesante...
-¿¡Cómo de que no?! ¿Qué no es cierto el rumor de Joan?- preguntó Raquel dejando de lado su libro.
-¿Joan? Pero si el jamás me haría caso.- rió- ¿De dónde salió ese rumor?
-Ni idea, pero a mí me lo comentó Giovanna.
Giovanna, que estaba a pocos asientos de ellas, se acercó al oir su nombre.
-Bueno a mí me lo contó Michelle.- les respondió- Por cierto, ¿irán con nosotras a comer pizza en la salida?
-Supongo que sí, ya habíamos quedado en eso.- dijo Raquel mientras sacaba su bolsa de maquillaje- ¿Irán los chicos?
-No me han confirmado del todo, en un rato les pregunto. ¿Tú si irás Victoria?
-¿Estás bromeando? ¡Es pizza! ¡Por supuesto que sí!- afirmó ella.
-Me sorprende que no engordes de tanto comer...
-Mi metablosimo no es como el tuyo, Giovanna.- rió
-Solo estoy rellenita. Tengo buena figura, cosa que a ti te falta...- respondió con una carcajada.
-¡Tener senos de más no te hace una chica con buena figura!- gruñó Victoria.
-Sigan hablando, perras... Sigan hablando...- dijo Raquel con un tonto burlón mientras se aplicaba el rimen.
-¡Cállate, Raquel!- dijeron las dos víctimas de la burla al mismo tiempo.
-Yo solo decía.- Sonrió.
Robert se acercó a donde estaban sentadas las tres señoritas. Con un tono más bien vanidoso las saludó, haciendo especial énfasis en Raquel.
-¿Qué tal tu noche de ayer, querida?- rió Robert.
-¡Hey!- dió un grito ahogado y le golpeó con el codo- Se un poco más discreto, ¿quieres?
-No hace falta, niña. Ya se lo que pasó. Pensé que no lo harías...- Dijo Victoria con un suspiro- ¿En serio te acostaste con él? Vaya que le eres infiel a Leo.
-¿¡Qué!?- gritó Giovanna- ¿En serio ustedes dos tuvieron...?
-¡Shh! Se un poco más discreta. Se los explicaré más tarde. Ahora solo quiero maquillarme tranquila- dijo sin dejarse de aplicar rimen en los ojos.
-Como quieras, bebé.- Masculló Robert besándole la mejilla. Se apartó al rato.
-¿¡Qué no puede ser más discreto?! ¡Estamos en plena clase!
-Es tu culpa por usarlo de esa manera, Raquel...- Victoria soltó una pequeña carcajada- Bien, regresaré a mi lugar. Nos vemos luego.
-Supongo que yo igual.- concordó Giovanna.
-Como quieran...
Giovanna fue a su lugar y aprovechó que Michelle estaba a su lado para contarle la asombrosa noticia que le acababa de llegar. Victoria regresó a su asiento y se acostó encima del pupitre, notó un papelillo debajo de su cara, al parecer tenía un poema escrito a mano.
-¡Len!- gritó.
Pasadas las horas, el grupo de amigos fue a la pizzería. Faltaba Raquel.
-¿Por qué no viene? ¿Saben algo de ella? ¿Saben si le pasó...?- preguntaba con angustia Leo.
-No exageres, ya sabes como son las chicas, y más ella. De seguro se fue a arreglar a su casa.- La tranquilizó Alex, su mejor amigo- Vendrá dentro de poco.
-Da igual si viene o no, yo solo quiero comer.- gruñó Victoria- ¿lo oyen? Es mi estómago. Exige comida.
-Tranquila, iré a pedir la pizza si me das un be...- Victoria golpeó a Len.- Está bien, está bien, no tienes que ser tan cruel.
-Me pongo de malas cuando tengo hambre, perdón.
El celular de Victoria vibró.
-Ah, ahorita los alcanzo. Vayan a pedir la comida por mientras.
Los demás se fueron y Victoria revisó su celular. Era un mensaje de parte de Raquel. Era una frase corta.
"No me ha bajado."
